Chahuites, Oaxaca.
El municipio mexicano de Chahuites está entre los límites de los estados de Chiapas y Oaxaca, ahora hacia allí dirigen los migrantes su mirada como ruta para cruzar y pasar desapercibidos por los retenes de militares y policías que están prestos para cercarlos en la zona de Huixtla y Arriaga, en Chiapas.
Pero los migrantes avanzan, han caminado veredas para llegar a Chahuites, el primer municipio de Oaxaca, así, aseguran, se libran de la “cacería” de los agentes del Instituto Nacional de Migración (INM).
Ellos sobreviven, actúan por instinto, se protegen del operativo. Ángel María, un hondureño que pasó por esos caminos y buscó llegar a Chahuites, nos relata que pasaron dos días internados en montañas, que la gente les aconsejó cambiar la ruta, que fueran por caminos en medio de la selva para que no se toparon con ningún retén ni patrulla. “Fue duro el trayecto, para decirle que hubo ratos que uno solo bajaba a todos los santos, pidiendo nos protegiera y no nos topáramos con un retén. Cuando medio oíamos un ruido, nos quedábamos quietos, en cuclillas. Pero el sol nos mató y llegamos todos cansados”, narró.
| LA PRENSA estuvo en Chahuites, Oaxaca.
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Las temperaturas alcanzan entre los 38 y 40 grados, para ellos llegar a Chahuites, es la gloria. El Congreso aprobó por mayoría reformas a la Constitución para convertir a la entidad en un santuario para los migrantes. Por eso a los migrantes no les importa atravesar caminando Chiapas y Oaxaca. “Mire, uno se avienta a caminar, hay otros que tienen más recursos que optan por pagar 250 dólares a los traficantes para que los pasen desde Puerto Madero, Chiapas, a Salina Cruz por mar”, contó Ángel.
Pero el camino a pie se pasa entre montes, zonas intransitables y por dos puntos que los pobladores señalan como peligrosos: La Tembladera y el Basurero.
Pese a que viajan en la clandestinidad, informes del Instituto Nacional de Migración (INM), refiere que dos de cada tres detenciones de indocumentados en Oaxaca ocurren en el istmo de Tehuantepec, concretamente en seis ciudades: Chahuites, Juchitán de Zaragoza, Ciudad Ixtepec, Salina Cruz, San Pedro Tapanatepec y Unión Hidalgo.
La localidad más “peligrosa” en Oaxaca para los centroamericanos es San Pedro Tapanatepec, en donde en 2018 se aseguraron a 3,422 migrantes. Ahora por el flujo migratorio, Chahuites se encuentra en la mira de las autoridades.
