10 normas para ejercer la responsabilidad afectiva

El respeto y la empatía ayudan a forjar vínculos sanos con las demás personas, esto se conoce como responsabilidad afectiva.

Las personas que se relacionan con respeto y empatía establecen vínculos sanos con quienes les rodean. Por eso es tan importante conocer los aspectos de estos valores que nos permiten establecer límites y un mejor nivel de inteligencia emocional.

Los diez puntos más importantes son:

1. Cuando alguien se hace cargo de sus acciones y es consciente de las implicaciones que éstas pueden tener en la vida de las demás se dice que es responsable afectivamente.

2. Se trata de una característica que cualquiera debería ejercer en sus relaciones de pareja, de amistad, de familia e inclusive de trabajo. Esto con el fin de propiciar un ambiente armónico y establecer límites sanos.

3. Las personas que se desempeñan de esta manera suelen ser empáticas, honestas, sinceras, claras, comunicativas y asertivas, lo que se traduce en la posibilidad de entablar debates respetuosos y de resolver problemas.

4. Las relaciones que carecen de ella se distinguen por la dificultad de las partes para conectar y entender a las demás, así como de menospreciar los sentimientos y las emociones ajenas.

5. Su ausencia puede motivar diversas técnicas de abuso emocional y manipulación, tales como el “gaslighting” (se generan dudas sobre la propia percepción, juicio o memoria), el chantaje y la invalidación emocional.

ADEMÁS: Consejos para mejorar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal

6. Para evitar caer en situaciones de este tipo y/o sobreponerse, especialistas sugieren prestar atención a las repercusiones emocionales y físicas del actuar propio y ajeno.

7. Aprender a decir “no” y responsabilizarse de cuando se dice “sí”, ser resiliente, tolerar la frustración y desarrollar habilidades tanto de comunicación asertiva como de negociación son otras medidas.

8. La autoobservación ayudará a identificar si se permiten acciones que no gustan. En tal caso, será necesario establecer acuerdos y ajustes que sumen al proyecto de vida de las personas involucradas.

9. Si el diálogo no propicia un cambio positivo en la relación, pues una o ambas partes se sienten incómodas, se recomienda dar por terminado el vínculo y aprender de éste.

10. Al ser una forma de comportarse, la responsabilidad afectiva puede aprenderse y mejorarse. Además, al practicarla se favorece el desarrollo de la inteligencia emocional.

Fuente: Agencia Reforma