San Pedro Sula, Honduras.
El clase I de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) Nelson Benítez Ortiz ya había sido amenazado de muerte por sus labores, según lo informado por compañeros del infortunado investigador, quien estaba asignado a esta ciudad.
Compañeros de Benítez manifestaron que investigan la participación de pandilleros en los crímenes del clase I y el otro agente de la DPI Denis Roberto Hernández Ruiz, que también estaba asignado a San Pedro Sula.
Benítez fue ultimado a tiros la tarde del sábado frente al portón de su casa en la residencial La Granja en la capital y a Hernández lo victimaron el lunes en Tegucigalpa en las cercanías del embalse de la represa Los Laureles. Las autoridades de la DPI manejan la tesis que hay un vínculo en los dos crímenes. Los dos investigadores vivían en la misma casa en la colonia Villa Olímpica de San Pedro Sula y viajaron juntos a Tegucigalpa a ver a sus familiares porque tenían fin de semana libre.
Se informó que Benítez era el subjefe de la unidad antimaras de la DPI en San Pedro Sula y especialista en dictámenes de asociación ilícita.
En varios juicios Benítez llegó a declarar para sustentar sus dictámenes, los cuales sirvieron para condenar a miembros de pandillas.
El clase I de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) Nelson Benítez Ortiz ya había sido amenazado de muerte por sus labores, según lo informado por compañeros del infortunado investigador, quien estaba asignado a esta ciudad.
Compañeros de Benítez manifestaron que investigan la participación de pandilleros en los crímenes del clase I y el otro agente de la DPI Denis Roberto Hernández Ruiz, que también estaba asignado a San Pedro Sula.
Benítez fue ultimado a tiros la tarde del sábado frente al portón de su casa en la residencial La Granja en la capital y a Hernández lo victimaron el lunes en Tegucigalpa en las cercanías del embalse de la represa Los Laureles. Las autoridades de la DPI manejan la tesis que hay un vínculo en los dos crímenes. Los dos investigadores vivían en la misma casa en la colonia Villa Olímpica de San Pedro Sula y viajaron juntos a Tegucigalpa a ver a sus familiares porque tenían fin de semana libre.
Se informó que Benítez era el subjefe de la unidad antimaras de la DPI en San Pedro Sula y especialista en dictámenes de asociación ilícita.
En varios juicios Benítez llegó a declarar para sustentar sus dictámenes, los cuales sirvieron para condenar a miembros de pandillas.
