“Mi sobrina era una buena persona, trabajadora. No nos explicamos porqué le hicieron eso, la mataron con odio. Solo esperamos que se haga justicia y el crimen no quede impune”, expresó consternada Norma Ochoa, tía de Fabiana Marina Mateo Barahona (de 31 años), asesinada el lunes 22 de enero en San Pedro Sula.
LA PRENSA se trasladó hasta el barrio Terencio Sierra, en el municipio de Tela, en donde creció y estudió Fabiana. En ese mismo lugar la velaron y en el cementerio local sepultaron su cuerpo.
El barrio Terencio Sierra está ubicado en una zona céntrica de la ciudad. Fabiana cuando era niña y adolescente caminó por esas calles todos los días, jugaba con los vecinos, quienes la recuerdan como una persona sencilla, alegre y muy tranquila.
Al terminar el colegio, Fabiana se trasladó a vivir a San Pedro Sula, en donde cursó sus estudios universitarios, pero cada vez que podía visitaba a sus familiares en Tela.
El crimen de Fabiana ocurrió en una calle solitaria de la colonia Valle de Sula y en el hecho participaron dos vehículos. Los asesinos le dispararon en la cara hasta desfigurarle el rostro.
“La recordamos como una mujer alegre, era una buena madre, luchaba por sus hijas y tenía varias aspiraciones para sacarlas adelante. Yo era como una abuela para ella, siempre venía a visitarme, llevaba a las niñas a la playa, pero dormían en mi humilde casa”, expresó la pariente.
Ochoa relató que “a pesar de que mi sobrina era licenciada, cuando no tenía trabajo laboraba hasta de taxista, ella no se limitaba para salir adelante.
Algunas veces se iba a Estados Unidos para trabajar. Ya el 5 de febrero se iba a vivir del todo a ese país, pero no la dejaron llegar a cumplir sus sueños”, lamentó.
El crimen de Fabiana es investigado por la Agencia Técnica de Investigación Criminal (Atic), pero hasta el momento no ha habido capturas.
