“Yo amo a mi hijo y no quiero que me lo quiten, lo que pido es que le den ayuda médica para que se recupere”, relató Ana Lía Flores, quien mantiene encadenado de pies y manos a su hijo, ya que ha intentado matarla.
Urge de ayuda
Pese a los escasos recursos económicos, Ana Lía Flores se ha trasladado varias veces a Tegucigalpa para que especialistas del hospital psiquiátrico Mario Mendoza le den tratamiento a su hijo, de ahí lo remitieron al hospital San Juan de Dios en San Pedro Sula. Ante la desesperación y después de un ataque de agresión lo llevó de emergencia al hospital Mario Rivas, en donde permaneció internado durante siete días.
Ana Lía contó a LA PRENSA que está angustiada porque recibió una citación obligatoria de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf), pero aseguró que carece de dinero para llevarlo a San Pedro Sula porque solo pueden movilizarse en transporte privado, para lo que necesita al menos L1,000.
En la humilde vivienda ubicada en la colonia Armando Gale de Choloma, el joven de 16 años tiene que permanecer con candados, ya que José Samuel Flores se escapa en el menor descuido.
La madre, a pesar de que su hijo es más grande y fuerte, pide ayuda a los vecinos para que lo agarren y se lo lleven a su casa, en donde permanece más seguro.
Después que LA PRENSA publicara en su edición del sábado 6 de enero el calvario que vive Ana Lía, no ha recibido más que la citación del Senaf, antes Dinaf.
Recuerda que su hijo “era un muchacho normal, pero desde hace siete meses comenzó con movimientos raros en sus manos después las agresiones, yo lo he llevado a varios hospitales, pero creo que necesita más estudios médicos”. José Samuel, cuando fue calmado por su madre, dijo que ya no quiere estar encadenado y que le gustaría curarse para salir a trabajar.
Su madre aseguró: “Estoy viendo cómo conseguir fondos para trasladarlo a su próxima cita en el hospital San Juan de Dios, los médicos lo verán el 29 de enero, tengo esperanzas de que se mejore, ha intentado matarme varias veces y si lo llevan a un internado quiero que sea un lugar seguro en donde mi hijo esté bien, soy pobre, pero yo lo cuido y siempre le doy sus alimentos”.
Vecinos relataron que cuando se pone agresivo la ha golpeado varias veces, por lo que jóvenes de la colonia han tenido que intervenir.
