El viajero que llega a el manejo de los desechos sólidos, vivienda, ornato y vialidad
son un ejemplos para poner en práctica en la capital industrial.
Iniciativa y proactividad de la mano
Curitiba no es exactamente una “ciudad verde”, pero aprendió a controlar la naturaleza usando la misma naturaleza.
La vieja periferia dejó de ser un manto de contaminación y hacinamiento para convertirse, a través de consensos sociales integrados, en un enorme complejo de parques públicos que además de embellecer y servir de esparcimiento a los nativos funciona como el principal soporte natural para el control pluvial.
Hoy los estratos sociales económicamente más bajos están conscientes de que la ciudad puede suplir ampliamente las necesidades perentorias – alimentación, comida, transporte y empleo – a cambio de actuar con una actitud proactiva ante las propuestas de la gobernanza.
Desde luego que detrás de todo este sistema impresionante existe toda una pericia gerencial que vela por la sostenibilidad de la red. Hablar de Curitiba y su sistema de servicios integrados no tiene fin; pero es importante resaltar que el milagro curitibano siempre fue de la mano de la imaginación.
Se ven en todas partes las evidencias de una imaginación ilimitada y eso quizá es el resultado de haber entendido que las soluciones egoístas son mil veces más caras que las soluciones integradas.
