Con una sonrisa que contagia alegría y una misteriosa caja color negro al lado de su escritorio, Alfredo Zavala recibió en su clínica al equipo de LA PRENSA para contar la historia detrás del odontólogo que ha cautivado a los sampedranos con sus trucos de magia.
El porteño compartió que su interés por la magia surgió cuando era niño, pues siempre que veía a un mago en un evento o la televisión quedaba fascinado.
El primer truco que aprendió fue el de la moneda, gracias a que su padre encontró el paso a paso en una revista.
En sus años de adolescencia se hizo amigo de un mago, quien le compartió sus conocimientos. Entre risas recordó que su primera presentación fue en un hogar de niños de Puerto Cortés, cuando tenía 17 años, pero no resultó como esperaba.
No obstante, no desistió y continuó formándose, yendo a talleres y seminarios. Acerca de su formación académica, reveló que comenzó estudiando medicina, pero abandonó la carrera.
Tiempo después decidió retomar sus estudios, pero esta vez optó por la odontología, carrera en la que encontró su vocación.
Zavala contó que mientras estudiaba también trabajaba haciendo shows de magia en hoteles, centros comerciales y empresas, para pagar gastos de la universidad y sostener a su familia.
Para saber
Alfredo, quien trabaja como mago en su tiempo libre, informó que en la clínica de San Pedro Sula también brindarán talleres de actualización en odontología, nutrición y estética.
Cuando cursó la clase de odontología pediátrica, comenzó a hacer trucos de magia para que los niños perdieran el miedo.
Fue así como nació el sueño de tener una clínica donde pudiera combinar sus dos pasiones.
Sueño que pudo hacer realidad en 2018, cuando se asoció con su amigo Orlando Ríos y su esposa Tania, para abrir una clínica en el puerto, donde ofrecían servicios dentales, de nutrición y estética. Este jueves, el grupo de amigos inauguró las nuevas instalaciones de su tercera clínica, ubicada en San Pedro Sula, donde Alfredo sigue haciendo shows de magia mientras atiende a sus pacientes.
