Nos parece muy acertada la petición de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés (CCIC), a través de su presidente Eduardo Facussé, de que el toque de queda programado para el próximo martes 4 de julio sea en los horarios de 11:00 pm a las 4:00 am.
Y no en horarios de las 9:00 pm a las 4:00 am, pues es un duro toque que afecta la economía de la Capital Industrial de San Pedro Sula e igual la del municipio de Choloma, donde el toque de queda comenzó el pasado domingo.
A las nueve de la noche hay un movimiento de todo tipo relacionado con la actividad comercial, restaurantes, zonas vivas, hoteles, farmacias, ventas de todo tipo de comidas rápidas, rutas de buses, taxis, circulación de trabajadores y estudiantes que van a sus hogares, más los negocios de barrios y colonias, como las pulperías, glorietas de ventas de alimentos, que son fuentes de trabajo para esas familias.
Donde la principal zona del valle de Sula, que es donde se produce el 60% o más del producto interno bruto del país y que después de la recién pandemia del coronavirus y el daño de Eta y Iota de los 2020 y 2021 aún no se ha terminado de recuperar.
Más los racionamientos de la energía eléctrica con la crisis energética actual, la economía nacional a todos los niveles es crítica y lamentable.
Y la violencia criminal en los centros penales, como el último que dejó las 46 mujeres muertas en el Cefas, y la última masacre en Choloma, donde asesinaron a 13 personas, es lamentable. Pero no es paralizando la economía con extremos toques de queda que resolverán estos problemas en un país llamado Honduras.
