29/04/2024
07:51 AM

Sínodo de las selvas

La Santa Sede ha anunciado la celebración en Roma, para el mes de octubre del año que viene, de un Sínodo extraordinario dedicado a la evangelización de la Amazonia. No es la primera vez que Roma convoca Sínodos locales para afrontar situaciones difíciles. Por ejemplo, el Sínodo de los Países Bajos, que fue muy importante para que mejorara la situación de la Iglesia en Holanda. La cuestión no es, pues, que se celebre un Sínodo sobre una zona concreta de la Iglesia -en este caso, una zona que afecta a las diócesis de varios países-, sino las consecuencias que se pueden derivar de ahí debido a los temas a tratar y a las decisiones que se tomen. Estas decisiones, por supuesto, serán meramente consultivas, pues es el Papa el que tendrá que elevarlas luego a rango de ley. Pero se supone, al menos tal y como están las cosas, que eso sucederá sin el menor problema.

Dos son los asuntos “estrella” que se van a plantear en el Sínodo sobre la Amazonia. Uno es la cuestión ecológica, que afrontará un tema muy importante, como es la depredación por parte de multinacionales sin escrúpulos de las riquezas naturales de la zona y, de forma consiguiente, el despojo y hasta la matanza de los nativos que viven allí. La Iglesia no puede ser indiferente ante eso y tiene el deber de dar su voz a los que no tienen voz, para que se les oiga en los grandes foros internacionales.

La otra cuestión es más delicada: la ordenación de hombres casados. Se va a empezar en esa región un experimento que, de salir bien, se intentará exportar a otras muchas zonas del mundo escasas en vocaciones. En principio, se haría por la vía de ordenar sacerdotes a los diáconos casados, que ya son “viri probati” y que tienen un historial de servicio a la Iglesia.