28/04/2024
12:48 AM

¿Prepagos o prostitutas?

San Pedro Sula, Honduras.

“Los restos humanos fueron localizados alrededor de las siete de la noche en una casa de dos plantas en un sector de la colonia Soto y trasladado a la morgue en calidad de desconocido”, dice una nota con algunos problemas de semántica. Ubicar, localizar, encontrar, son palabras sinónimas, y como tales son de significado relativo. Localizar es averiguar el lugar en que se haya alguien o algo: “Hasta el lunes no habían podido localizar al exdirector del Seguro Social” que no es lo mismo que “Hasta el lunes no habían podido encontrar al exdirector del Seguro Social”. En otra información aparece “Con el cotejamiento de huellas, técnicos de la DNIC identificaron a la víctima como Joseth Kerwin Ponce, de 35 a 40 años, de quien no se lograron conocer los demás datos generales”, expresión en la que aparece una palabreja inexistente: “cotejamiento”, acaso el hablante quiso decir cotejo: “comparación de una cosa con otra”. La expresión tuvo que haber sido: “Con el cotejo de huellas, técnicos de la DNIC identificaron a la víctima como Joseth Kerwin Ponce, de 35 a 40 años, de quien no se lograron conocer los demás datos generales”.

“Mi compañera Ana me pidió los botes de perfume para rellenarlos”, “Compré dos botes de agua”, “El camión iba repleto de bolsas de agua”. “Páseme una cajetilla de cigarrillos”, “Alex hace lindos castillos con cajitas de fósforos”, “Apenas me tomé una copa de vino”, “El entrenador nos aconseja tomar ocho vasos de agua cada día”. En todas estas expresiones se ha empleado la preposición “de”, la que tantos usos tiene en español, más de veinte. Una aplicación de esta preposición va referida a la materia de que una cosa está hecha: “vaso de vidrio”. Pero también está eso de “vaso de agua”, en lo que se aplica una metonimia: el contenedor por el contenido. Cuando se pide un vaso de agua se infiere que no se trata de un vaso hecho de agua, sino la cantidad de ese líquido que cabe en ese recipiente. Igual ocurre con taza de café, botella de vino, copa de wisky, bolsa de agua, barril de aceite. Decir vaso con agua es afirmar que el vaso está mojado; o hablar de taza con leche es asegurar que la taza está untada de leche. En las pulperías se venden bolsas de agua y no bolsas con agua; en la licorera compramos botellas de vino y no botellas con vino. Nadie pide una caja con fósforos, sino una caja de fósforos. En conclusión, no es lo mismo vaso de agua que vaso con agua.

Por aquello de no lacerar la dignidad del sujeto practicante, ahora se estilan mucho los eufemismos. En eso del despilfarro del Seguro Social hondureño se comenta en los medios que, según el Ministerio Público, en la red del desfalco del IHSS hubo hasta “prepagos” de Colombia y Costa Rica que disfrutaron con el dinero ajeno. Yo tengo servicio celular prepago, pago antes de consumir. Esa palabreja, prepago, se ha popularizado desde Sudamérica con el mismo significado de puta, meretriz, prostituta. Hace poco una mujer bella me dijo: No soy ninguna puta, soy prepago. Está claro que si esa dama recibe pago, ya sea anticipado o después, por placer sexual es eso mismo: prostituta, nada más que de fino motel y no de hostal de mala muerte, buen carro, nada de taxi, y mejor cotizada que la ramera callejera.