27/04/2024
02:32 PM

Un buen liderazgo

Confieso que no lo soy como en verdad quisiera, pero mi experiencia de muchos años me hace descubrir algunas características innegables en los buenos líderes. Aquí van como pinceladas que merecerían un más profundo análisis. 1. Un buen líder siente un quejido, un lamento profundo, escucha un gemido intenso del pueblo en algo que carece y le nace una sana angustia por eso. Brota una empatía intensa con aquello que es sufrimiento del pueblo, se identifica y sufre como ellos. 2. Siente una llamada, una misión que se le encomienda “desde lo alto” y convierte en el centro de su vida y con mucha pasión, el cómo aliviar el sufrimiento de aquellos que padecen.

3. Le nace una visión, una manera de resolver el problema, apareciéndole un panorama en su mente con cargas emocionales intensas y ve lo que todavía no es, buscando la manera de hacerlo realidad. Le seduce el ideal que ya se ha grabado en su corazón. 4. El Señor le da las cualidades, los dones y carismas adecuados para enfrentarse al reto adquirido. Y esto es importante, el buen líder no se aprovecha enriqueciéndose burdamente, o de manera deshonesta, con los dones dados, porque son para servicio de los demás.

5. Debe tener gran capacidad de sacrificio, de renunciar a cosas que son buenas, para buscar lo mejor, que es dar solución a aquello que es un drama. Debe estar preparado para inmolarse por la causa. 6. Debe saber comunicar su visión, contagiar, motivar a otros para que se sumen a su causa. El buen líder sabe conquistar almas para su causa, respetando la dignidad de cada persona. 7. Siempre va el primero dando el ejemplo, exigiendo más con su testimonio que con regaños, amenazas y aún peor con dádivas o privilegios para aquellos que lo siguen. Más que lo dice, lo que hace es lo que convence a la gente.

8 Es consciente que en el largo y arduo camino para conseguir sus metas, se puede ir quedando solo en ocasiones, sabiendo que la perseverancia es fundamental para alcanzar sus objetivos. 9. Tiene que dominar su carácter, controlar sus instintos, vencer sus miedos, para que no le impidan seguir el camino. 10 Se está siempre preparando, actualizando, para seguir siendo competente en el área donde se mueve.

11 Sabe descubrir en los que lo rodean sus cualidades, dones y carismas, y ayuda a desarrollarlos y da responsabilidades a las personas, animándolas a realizarse en el camino emprendido. No es envidioso, sino que se alegra por lo bueno que hacen los demás. Sabe delegar, no lo quiere hacer él solo todo. Confía en los demás. Y sabe corregir con respeto, buscando solucionar los fallos, sin herir el amor propio de las personas. 12. Es creativo, sabe responder a las exigencias del momento, no se estanca en hacer siempre lo mismo. Sabe aceptar los cambios que hay que hacer para que la causa sea mejor servida. 13. Es consciente de sus debilidades y defectos. Sabe que debe perfeccionarse, superarse, cambiar para bien. No está contento con lo que es y con lo que hace, porque sabe que puede ser mejor en todo.

14 Reconoce cuando se ha equivocado y con humildad acepta las correcciones de aquellos que lo pueden ayudar. Sabe pedir consejo, consultar, porque es consciente de que no lo sabe todo. 15. Sabe descansar, retirarse de la actividad cuando es necesario, para recargarse espiritual, mental y emocionalmente. Es consciente de que una mente cansada no puede estar totalmente lúcida para dirigir una organización, donde el trato con las personas es fundamental. 16 Es amante de la verdad y honesto en lo que hace. No miente, no engaña, tiene una sola cara, siendo siempre sincero en todo lo que hace.

17 Sabe ubicarse, siendo consciente de que en el trayecto se van creando leyendas, mitos, donde se ensalza mucho la figura del líder, a veces de buena fe y agradecimiento, otras por adulación. Debe ser muy realista, sabiendo que es una pieza más en el engranaje de este movimiento ascendente de la humanidad, y en el campo donde se mueva, religioso, político, empresarial, profesional, sindicatos, cooperativas y otros gremios, habrá otros que seguirán tomando la antorcha del liderazgo, y cada uno aportará lo necesario, no siendo nadie imprescindible en este camino. Es importante que siempre esté venciendo el ego, el orgullo y la soberbia. 18. Si es creyente confía en Dios, le da gracias por los dones recibidos, lo hace todo para construir el Reino de Cristo en el mundo, es persona de oración y se alimenta de los sacramentos, lee la Palabra y se entrega totalmente al Señor con quien es invencible.