27/04/2024
12:50 AM

Rusia, China y Corea del Norte son los grandes desafíos en 2018

La administración de Trump acusa a Rusia de mantener ocupados territorios de Georgia y Ucrania Moscú culpa a Washington de empeorar las relaciones bilaterales.

Washington, Estados Unidos

La política exterior de Estados Unidos en 2018 seguirá marcada por la creciente presión sobre Corea del Norte, las “pobres relaciones” con Rusia, y la rivalidad y difícil cooperación con China, desde el punto de vista del secretario de Estado, Rex Tillerson.

“En el pasado año, EUA ha enfrentado inmensos desafíos en sus relaciones con Corea del Norte, China y Rusia”, aseguró Tillerson en un artículo de opinión publicado en el diario The New York Times, en el que hace balance de su primer año al frente de la diplomacia estadounidense.

Remarcó que el Gobierno del presidente Donald Trump continuará buscando el “aislamiento internacional” de Pyongyang para forzar al régimen norcoreano “a unas negociaciones serias para abandonar su programa nuclear y de misiles balísticos”.

Clave
EUA entrena grupos yihadistas. Rusia acusó a Estados Unidos de entrenar en Siria a antiguos combatientes del grupo yihadista Estado Islámico para tratar de desestabilizar el país, informó El País.

En concreto, consideró pieza clave el papel de China, principal interlocutor de Corea del Norte, para que ejerza “su decisiva influencia económica” sobre el régimen de Kim Jong Un.

“China ha aplicado ciertas prohibiciones y sanciones, pero puede y debe hacer más”, subrayó Tillerson.

Después de la publicación del artículo, Trump volvió a cargar en su cuenta de Twitter contra el Gobierno chino, sobre el que dijo estar “muy decepcionado” después de haberse conocido que supuestamente había permitido ventas de petróleo a Corea del Norte, en contra de las resoluciones adoptadas por la ONU.

Moscú y Damasco firmaron un acuerdo para tener militares en Siria de manera indefinida.

Sobre la creciente rivalidad entre las dos grandes potencias actuales, EUA y China, Tillerson reconoció que el “auge de China como poder económico y militar requerirá que Washington y Pekín consideren de manera cuidadosa cómo gestionar sus relaciones para los próximos 50 años”.

El siguiente foco de tensiones mencionado por el secretario de Estado estadounidense es la Rusia liderada por el presidente Vladimir Putin, cuya complejidad y dificultad ha aumentado más, si cabe, debido a la investigación en marcha en EUA sobre la supuesta injerencia de Moscú en las elecciones presidenciales de 2016.

“Sobre Rusia no albergamos ilusiones ante el tipo de régimen con el que nos enfrentamos. Estados Unidos tiene hoy unas pobres relaciones con una Rusia que ha resurgido invadiendo sus vecinas Georgia y Ucrania en la última década y socavado la soberanía de naciones occidentales interfiriendo en nuestras elecciones y la de otros”, sostuvo.

Aliado
Rusia eliminó 60,000 extremistas Rusia, aliado de Bachar el Asad, envió a Siria a 48,000 soldados en dos años y eliminó a 60,000 terroristas.

Tillerson, que antes de ser nombrado para dirigir la diplomacia de EUA fue presidente de la petrolera ExxonMobil entre 2006 y 2016, fraguó en su etapa empresarial una buena relación con Putin, lo que fue percibido como una señal de buena voluntad hacia el Kremlin.

“Aunque estamos en guardia contra las agresiones de Rusia, reconocemos que necesitamos trabajar con Rusia allí donde nuestros intereses mutuos se entremezclan”, agregó, al referirse especialmente al cruento conflicto civil en Siria.

El jefe de la diplomacia estadounidense advirtió, en tercer lugar, que tras el “fallido acuerdo nuclear” con Irán sellado por el Gobierno precedente de Barack Obama, “debemos ahora confrontar la totalidad de las amenazas iraníes”, entre las que citó “las violaciones de sus compromisos de misiles balísticos y sus actividades de desestabilización de la región”.

Por último, Tillerson comentó las críticas recibidas por su gestión al frente del Departamento de Estado, principalmente por la reducción de su plantilla y el menor interés del Gobierno en el ámbito internacional, al asegurar que sus cambios “buscan solventar problemas de raíz que generan ineficiencias y frustraciones”.

“Pese a los desafíos, sigo siendo optimista sobre el poder de la diplomacia para resolver conflictos y avanzar los intereses de EUA”, concluyó.

La duda, no obstante, es si Tillerson seguirá en su cargo el próximo año, después de que haya sido cuestionado directamente por Trump y hayan trascendido informaciones sobre enfrentamientos directos entre ambos por la manera de encarar estos mismos retos.

Sobre su futuro, sin embargo, mantuvo un diplomático silencio.

Foto: La Prensa

Estados Unidos ha denunciado que siria permite la circulación de miembros de Isis.

El otro ángulo

En Moscú la visión es opuesta a la que tiene Washington respecto a los temas en discusión.

RT, el medio equivalente a CNN en Rusia, informó esta semana que la vuelta hacia la normalidad en las relaciones con EUA será imposible si Washington mantiene su línea política actual y no abandona su agresiva retórica hacia Rusia.

“Es necesario entender claramente y decir con sinceridad que el empeoramiento de estas relaciones bilaterales no ha ocurrido por culpa de Rusia, sino de Estados Unidos”, dijo María Zajárova, portavoz del Ministerio de Exteriores ruso.

Días atrás, la vocera rusa lamentó la línea “no constructiva” perseguida por EUA en el noreste de Asia (península coreana), cuyo fin es el aumento de la presencia militar de Washington en la zona, informó RT.

En medio de una crisis, Ucrania es armado por EUA

El presidente ucraniano, Petró Poroshenko, afirmó recientemente que el armamento que Estados Unidos planea enviar a Ucrania es necesario para defender a los militares y los civiles del país.

En su cuenta de Facebook, de acuerdo con Sputnik, el mandatario argumentó que “el armamento estadounidense en las manos de los militares ucranianos no es para el ataque, sino para (…) defender a los militares ucranianos y la población civil, también para legítima defensa de conformidad con el Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas”.

Kiev, apoyada por Donald Trump, intenta recuperar los territorios separados por rebeldes (con el apoyo de militares rusos), como la autoproclamada República Popular de Donetsk.

Los enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y las milicias de la región de Donbás no cesan desde hace tres años pese a la firma de los pactos de Minsk que sentaron las bases para la suspensión de las hostilidades.

Recientemente, de acuerdo con Sputnik, la portavoz de la Cancillería de Rusia, María Zajárova, declaró que el despliegue de armas ucranianas socaba el proceso de paz en esa región.

“La concentración y control de material militar por parte de la capital de Ucrania, en el caso de los llamados batallones voluntarios, desde luego, influirá en primer lugar en el proceso de negociaciones en formato internacional, en la situación entre Donbás y Kiev”, dijo.

En un análisis realizado para Sputnik, el político polaco y publicista independiente Konrad Hand advierte que cuatro años después del último Maidán (una de las grandes protestas) en Kiev, Ucrania cierra el 2017 con resultados negativos en su vida económica, política y social.

Este mes, la ONU adoptó una resolución que condena la ocupación de Moscú de territorios de Ucrania y desconoce la anexión de Crimea a Rusia.