Nueva York, Estados Unidos.
Funcionarios del Gobierno de Estados Unidos están debatiendo la posibilidad de lanzar un ataque limitado en Corea del Norte sin desatar una guerra en la península coreana, informó ayer The Wall Street Journal (WSJ).
El rotativo sostiene que esa posibilidad está siendo debatida de forma callada en la Administración de Donald Trump.
El Journal asegura que ese eventual ataque militar de alcance limitado buscaría “hacer sangrar la nariz” al régimen de Pyongyang y se lanzaría como respuesta a cualquier prueba nuclear o balística.
La operación buscaría demostrar al régimen de Kim Jong-un “el precio que podría pagar por su comportamiento”, apunta el Journal en la información, firmada por el jefe de su oficina de Washington, Gerarld F. Seib. Según el WSJ, el debate sobre si ese eventual ataque es factible tiene en consideración los peligros de desatar una reacción armada completa de parte de Pyongyang.
La información sostiene que, aun así, la Casa Blanca sigue enfocada en la diplomacia para convencer a Corea del Norte de que cese su programa nuclear y balístico.
Funcionarios del Gobierno de Estados Unidos están debatiendo la posibilidad de lanzar un ataque limitado en Corea del Norte sin desatar una guerra en la península coreana, informó ayer The Wall Street Journal (WSJ).
El rotativo sostiene que esa posibilidad está siendo debatida de forma callada en la Administración de Donald Trump.
El Journal asegura que ese eventual ataque militar de alcance limitado buscaría “hacer sangrar la nariz” al régimen de Pyongyang y se lanzaría como respuesta a cualquier prueba nuclear o balística.
La operación buscaría demostrar al régimen de Kim Jong-un “el precio que podría pagar por su comportamiento”, apunta el Journal en la información, firmada por el jefe de su oficina de Washington, Gerarld F. Seib. Según el WSJ, el debate sobre si ese eventual ataque es factible tiene en consideración los peligros de desatar una reacción armada completa de parte de Pyongyang.
La información sostiene que, aun así, la Casa Blanca sigue enfocada en la diplomacia para convencer a Corea del Norte de que cese su programa nuclear y balístico.
