Atenas, Grecia
La globalización e Internet han ayudado a este jubilado griego a superar sus penurias económicas.
Giorgios Chatzifotiadis se convirtió, la semana pasada, en el icono del drama que sufren miles de griegos tras decretar su gobierno un 'corralito' a los depósitos bancarios.
La globalización e Internet han ayudado a este jubilado griego a superar sus penurias económicas.
Giorgios Chatzifotiadis se convirtió, la semana pasada, en el icono del drama que sufren miles de griegos tras decretar su gobierno un 'corralito' a los depósitos bancarios.
Giorgios arrancó a llorar a las puertas de su banco cuando pudo retirar los 120 euros semanales que permite el gobierno. El dinero no le alcanzaba para pagar las medicinas que necesita su esposa.
La imagen dio la vuelta al mundo y un empresario australiano, de origen griego, creyó reconocer a alguien familar al tiempo que se conmocionaba con su historia. Tras darle algunas vueltas, cayó en la cuenta. Giorgios era un viejo amigo de su padre, ya fallecido.
George Kufidis voló de inmediato desde Sidney hasta Atenas con la intención de reencontrarse con el anciano y ofrecerle su ayuda. El empresario le ofrece pagarle una pensión de 250 euros
'Esto que ha ocurrido es una oportunidad maravillosa y muy inesperada. Mi madre, que todavía vive en Grecia, se puso muy triste cuando se enteró y lo mismo me pasó a mí... Me motivó a hacer algo», ha explicado el empresario al diario «Daily Mail».
Paradójicamente, la ayuda económica procederá de la herencia que el padre, viejo amigo del jubilado griego, le dejó a James tras fallecer. «Todos somos seres humanos y cuando nos dan en el lugar justo, reaccionamos sin pensar. Y eso es lo que me ha pasado a mí», ha relatado Koufus.
