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Guatemala elige presidente el domingo

  • 22 octubre 2015 /

Ciudad de Guatemala.

El comediante guatemalteco Jimmy Morales cambió el maquillaje y los disfraces para incursionar en la política. Ahora podría convertirse en presidente aglutinando el voto de un país indignado por la corrupción en el sistema político tradicional.

Morales (46) es un comediante de la televisión que dio la gran sorpresa el pasado 6 de septiembre en los elecciones generales, al obtener la mayor votación (23,99%) entre 14 candidatos a la presidencia.

Las elecciones, a las que acudieron el 70% de los 4,8 millones de electores, se dieron en medio de la crisis que desató la renuncia y detención del entonces presidente Otto Pérez, vinculado por la Fiscalía a una millonaria estafa al fisco desde el sistema de aduanas.

Según una encuesta publicada el miércoles, Morales ha aumentado en la intención de voto para la segunda vuelta y se ubica en un cómodo 67,9% de apoyo, frente un 32,1% de Sandra Torres, también aspirante a la presidencia.

El escándalo de corrupción, que involucró también a la exvicepresidenta Roxana Baldetti, coincidió con el crecimiento de Morales, a quien los guatemaltecos vieron como una opción ante los políticos tradicionales. Al inicio de la campaña en abril pasado apenas captaba el 0,5% de la intención de voto. Para aprovechar la coyuntura, Morales acuñó el eslogan “ni corrupto ni ladrón” para definirse a sí mismo frente a otros aspirantes.

Enfrenta una serie de críticas por el pasado del partido Frente de Convergencia Nacional (FCN), que lo postula, fundado en 2008 por militares retirados que grupos de derechos humanos vinculan a vejámenes cometidos durante la guerra civil guatemalteca (1960-1996). Morales niega la presencia de militares en sus filas, aunque uno de los militares cuestionados por violaciones a los derechos humanos, Edgar Ovalle, resultó electo diputado por el FCN en la primera vuelta de los comicios en septiembre.

La dama

La exprimera dama de Guatemala, Sandra Torres, acusada de guerrillera durante la guerra civil (1960-1996), es una política de carácter fuerte que aspira a convertirse en la primera mujer en gobernar hastiado de la corrupción. Torres, de 60 años, busca ocupar la silla presidencial al amparo del partido socialdemócrata Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), el mismo que llevó al poder a su exesposo Álvaro Colom (2008-2012).

En 2011, Torres intentó por primera vez postularse a la presidencia y se divorció de Colom para evadir una disposición constitucional que prohibe la postulación presidencial a los familiares del gobernante de turno. No obstante, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) rechazó su inscripción por considerar que el divorcio había sido una maniobra para eludir la prohibición.

Sus detractores, en especial de la derecha, la acusan de haber integrado la guerrilla durante la guerra interna de 36 años, que dejó 200,000 muertos o desaparecidos, algo que ella ha negado, aunque siempre ha reconocido su simpatía por la revolución.