Evo Morales podría convertirse, hoy, en el presidente más longevo de la historia de Bolivia. De hecho, si no lo consigue, la sorpresa sería mayúscula. Los últimos sondeos le dan una intención de voto del 59%, casi 40 puntos por encima de su principal adversario. La popularidad de Evo se fundamenta en la economía. Bolivia es el país que más crece en Sudamérica. Lo atesora una institución tan poco sospechosa de simpatizar con el socialismo de Morales como el Fondo Monetario Internacional (FMI). El organismo prevé que el país cierre el año con un augmento del 5,2% y un 5% el siguiente.
“Bolivia vive el mejor momento económico de su historia” asegura Tuffi Aré. El redactor jefe del diario “El Deber” advierte, pero, que “hay un riesgo muy serio si no se plantea un recurso productivo sostenible y diversificado”. En eso coincide con el analista Humberto Vacaflor, mucho más crítico con la gestión del presidente.
A su parecer, su gestión no tiene nada de extraordinario, simplemente coincidió con un período de subidas en el precio de los hidrocarburos. Y ve los nubarrones mucho más cerca. “El país se está endeudando demasiado”, advierte. “Lo reconoció el propio Morales en la última cumbre del G-77”. Aré añade otro punto para la reflexión: “hay una mezcla de populismo y despilfarro en las obras públicas”.
Precisamente, los dos principales clientes de las materias primas bolivianas pasan apuros económicos. Argentina se encuentra en recesión y Brasil mantiene un crecimiento muy débil. El otro gran consumidor, China, se encuentra en plena fase de desaceleración aunque siga creciendo al 7%.
Esos indicadores ya se notan en los balances. 2013 se cerró con una subida del 6,8%, más de un punto por encima. No obstante, unas perspectivas de ligera desaceleración no alarman demasiado en un país sumido históricamente en la miseria.
La conquista del este
Uno de los pocos interrogantes que encierran los comicios es, según Aré, “comprobar si Evo es capaz de conseguir la hegemonía en los nueve Departamentos”.
El objetivo principal es conquistar Santa Cruz, el histórico feudo opositor, un lugar que en 2008-09 Evo no podía casi ni pisar y donde, ahora, obtiene una intención de voto de entre el 48 y el 51% según el sondeo.
Para el periodista este cambio se debe a un entendimiento práctico entre Morales y la oligarquía cruceña: “El Presidente adoptó una política muy clara de acercamiento a las élites. Pasó de la confrontación a la negociación. Los empresarios también se dieron cuenta que no podían vencerle. Además, se dieron cuenta que las políticas de Evo no son tan socialistas como predica, que en nueve años no hubo tantos cambios”, asegura Aré. Vacaflor va más allá en este análisis. “Evo ya no propone el socialismo, terminó abrazando la ideología de los cruceños. De alguna manera, ha sido conquistado por los conquistados.
¿Hacia un narco-estado?
El aumento de las plantaciones de cocaína es otro de los motivos de preocupación. Aré reconoce que la violencia está creciendo, precisamente, en la región de Santa Cruz, que es el punto de paso hacia Brasil, uno de los principales mercados.
Según cifras que aporta el periodista, la droga mueve unos 1000 millones de dólares anuales y hay más de 20000 hectáreas de plantaciones. Morales expulsó a la DEA (Organización para el Control de la Droga) norteamericana y optó por la política opuesta a la “guerra contra las drogas”. Hasta el momento, le ha dado resultados pero Vacaflor advierte que la situación se le puede ir de las manos. “Qué pasará cuando el gobierno pierda autoridad sobre esas actividades ilegales, cada vez más poderosas?” asegura. Para el economista, la situación es grave: “Desde que Colombia cedió ante la presión de EUA, Bolivia se ha convertido en epicentro más importante de producción y distribución de droga”, y especifica “boliviana pero también peruana. El contrabando de cocaína semi-elaborada a Argentina es tan fuerte que este país se ha convertido, ya, en el tercer productor americano de droga sin tener una sola planta”.
Para Aré el problema no es tan grave todavía. Aunque admite que hay narcorrupción, extorsión y mafias asegura que “todavía estamos en el nivel de los clanes familiares, no hay cárteles”. Vacaflor, en cambio, pinta un futuro mucho más sombrío. “Un narcoestado? vamos a peor que eso. Vamos a una Somalia. Solo nos faltaba una salida al mar para tener piratas”.
La ansiada salida al mar
En abril de 2013, Bolivia presentó una reclamación en la Corte Internacional de Justicia para obligar a Chile a negociar que le ceda una salida al mar. Esta es una reivindicación que se hunde en la historia, con más de cien años de antigüedad y es la base de que ambos países solo mantengan relaciones consulares.
Vacaflor se muestra muy escéptico al respecto: “Las posibilidades son nulas. Chile ya perdió ante Perú en La Haya pero ahora hacen frente común”. Para los analistas, el litigio no tiene más motivo que llamar la atención. “Todos los presidente hablan del mar”, asegura Vacaflores. “El que lo consiga gobernará cien años”, añade Aré. Si consigue el poder en toda la tierra boliviana, el mar será el último reto de Morales.