Washington, Estados Unidos.
Se acabó el plazo para la renovación del Estatus de Protección Temporal (TPS) para cerca de 190,000 salvadoreños que viven en EEUU, marcando la cuenta regresiva para la finalización de este amparo migratorio en septiembre de 2019.
Activistas y beneficiados reconocen que la preocupación para los salvadoreños, el mayor grupo de inmigrantes que quedaron al borde del desamparo tras la decisión del presidente Donald Trump de no extender el beneficio, quedó patente mientras se realizaban los trámites de renovación.
Pero la fecha de hoy marca además la cuenta regresiva hasta el nueve de septiembre de 2019, cuando los salvadoreños amparados por el TPS pierdan la protección.
Si estos 18 meses representan una carrera contrarreloj para saber qué harán los beneficiados con sus bienes materiales, la encrucijada de Víctor Iraheta, amparado por el TPS, se centra en que hará con su hijo de tres años.
Este salvadoreño que vive hace más de 20 años en Los Ángeles no quiso ser padre hasta no tener una base económica para brindarle seguridad a su hijo.
“Ahora mi hijo está tan pequeño que no puedo pensar dejarlo con algún familiar”, insiste.
Un estudio encargado por Alianza TPS asegura que el 81% de los amparados tienen hijos, lo que supone que unos 273,000 niños nacidos en EEUU tienen al menos un padre con TPS.
Aunque hay cuatro proyectos legislativos en el Congreso para encontrar una vía de legalización permanente para los “tepesianos”, el camino se ve difícil.
Sin embargo, aún hay esperanza, pues unos 40 grupos de defensa del TPS han presentado dos demandas federales en contra del Gobierno de Trump por rescindir el amparo.
Los haitianos y nicaragüenses también se preparan para abandonar el país. Solo los hondureños recibieron una prórroga de seis meses, que expira el cinco de julio, aunque se teme que el Gobierno de EEUU replique la estrategia de sus vecinos centroamericanos y les dé 18 meses para salir de EEUU.
Se acabó el plazo para la renovación del Estatus de Protección Temporal (TPS) para cerca de 190,000 salvadoreños que viven en EEUU, marcando la cuenta regresiva para la finalización de este amparo migratorio en septiembre de 2019.
Activistas y beneficiados reconocen que la preocupación para los salvadoreños, el mayor grupo de inmigrantes que quedaron al borde del desamparo tras la decisión del presidente Donald Trump de no extender el beneficio, quedó patente mientras se realizaban los trámites de renovación.
Pero la fecha de hoy marca además la cuenta regresiva hasta el nueve de septiembre de 2019, cuando los salvadoreños amparados por el TPS pierdan la protección.
Si estos 18 meses representan una carrera contrarreloj para saber qué harán los beneficiados con sus bienes materiales, la encrucijada de Víctor Iraheta, amparado por el TPS, se centra en que hará con su hijo de tres años.
Este salvadoreño que vive hace más de 20 años en Los Ángeles no quiso ser padre hasta no tener una base económica para brindarle seguridad a su hijo.
“Ahora mi hijo está tan pequeño que no puedo pensar dejarlo con algún familiar”, insiste.
Un estudio encargado por Alianza TPS asegura que el 81% de los amparados tienen hijos, lo que supone que unos 273,000 niños nacidos en EEUU tienen al menos un padre con TPS.
Aunque hay cuatro proyectos legislativos en el Congreso para encontrar una vía de legalización permanente para los “tepesianos”, el camino se ve difícil.
Sin embargo, aún hay esperanza, pues unos 40 grupos de defensa del TPS han presentado dos demandas federales en contra del Gobierno de Trump por rescindir el amparo.
Los haitianos y nicaragüenses también se preparan para abandonar el país. Solo los hondureños recibieron una prórroga de seis meses, que expira el cinco de julio, aunque se teme que el Gobierno de EEUU replique la estrategia de sus vecinos centroamericanos y les dé 18 meses para salir de EEUU.
