Washington, Estados Unidos.
Un artículo del New York Times que describe la vida del presidente estadounidense Donald Trump en la Casa Blanca afirmando, entre otras cosas, que toma unos 12 refrescos de cola al día, que es aficionado a la comida rápida y que mira televisión cuatro horas diarias, y a veces el doble, ha generado controversia en EUA.
Según el medio estadounidense, el magnate despierta a las 5:30 de la mañana y enciende la TV para ver las noticias en CNN, y luego el programa 'Fox & Friends' de la cadena Fox News, afín a su Gobierno.
En el largo artículo del New York Times, que destaca la frustración de Trump en el poder, el diario afirma que 'las personas cercanas a él' creen que pasa al menos cuatro horas al día frente a la televisión, y algunas veces el doble.
Tras observar el panorama en EUA, el presidente toma su celular y escribe sus primeros tuits del día conforme al tema del momento.
Luego se reúne con sus funcionarios más cercanos y comienza sus funciones en la Casa Blanca. Según testigos entrevistados por el diario estadounidense, el magnate consume al menos 12 latas de refresco de cola al día y entre sus comidas favoritas se encuentran las hamburguesas de las cadenas de comida rápida.
El New York Times afirma que todos los televisores en la Casa Blanca permanecen siempre encendidos con los canales de noticias y solo Trump tiene acceso al control remoto.
Sin embargo, el magnate reaccionó con fuerza en su cuenta de Twitter asegurando que el reportaje del NY Times es totalmente 'falso'. 'Otra historia falsa, esta vez en el fallido @nytimes, de que veo 4-8 horas de televisión al día', tuiteó el mandatario.
'¡Falso!', señaló, y agregó que 'rara vez o nunca' mira las cadenas CNN o MSNBC, a las que catalogó de 'fake news'.
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El presidente precisó que 'nunca' mira el programa 'CNN Tonight', conducido por Don Lemon, recordando que una vez lo llamó el 'hombre más tonto de la televisión'.
El presidente de 70 años es muy sensible a las críticas de la prensa. Desde su llegada a la Casa Blanca, mantiene una relación conflictiva con gran parte de los medios estadounidenses, a los que califica de crear 'fake news' (noticias falsas) y a quienes acusa de intentar denigrar su política y su personalidad.
