Trinidad, Santa Bárbara.
Una extraña figura con patas de sapo, alas de guacamaya, cabeza de elefante, cuerpo de jaguar y cola de sirena forma parte de las 16 estructuras que hoy serán quemadas en Trinidad, Santa Bárbara, como parte de una bella tradición que cada año atrae a miles de visitantes.
La obra llamada Hibridad representa el desorden genético producto del daño al medio ambiente, explica su autor José Eliud Rivera, un estudiante del Instituto Juan Lindo de esa comunidad.
Cada una de las estructuras expuestas en el Paseo Real de las Chimeneas Gigantes tiene como objetivo hacer conciencia en la gente sobre la necesidad de Defender sin miedo a la Madre Tierra, como lo expresa el lema que este año tiene el singular evento.
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Durante 16 años se ha realizado en la comunidad santabarbarense el singular evento.
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Durante tres meses, jóvenes, adultos y hasta niños de este “valle de ingenio y locura” se involucran en la tarea de construir las obras artísticas, que en menos de treinta minutos arderán una a una en forma espectacular hoy por la noche ante miles de miradas expectantes.
Es el gusto de los chimeneros poner todo su ingenio y su creatividad al armar con diferentes materiales sus obras artísticas para convertirlas en hogueras en cuestión de minutos.
La tradición comenzó en los barrios cuando las familias encendían hachones de ocote en las calles el 8 de diciembre en honor la Virgen Concepción de María.
 Un ave, un pie, un hombre árbol y una especie de sinera dentro de las obras que logran apreciarse en esta imagen.
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De repente se les ocurrió ponerle arte a cada una de aquellas chimeneas y darles diversas formas con el fin de dar mayor atractivo, hasta que la celebración se convirtió en un acontecimiento único en todo el país.
Desde el viernes, los trinitecos agrupados en la Asociación Artística de Chimeneros empezaron a montar, a la largo de la vía que baja del parque, las gigantescas figuras encabezadas por la de la fallecida ambientalista Berta Cáceres.
“Es el más consecuente homenaje a la heroína nacional que ofrendó su vida en la defensa de nuestros ríos, del agua, de la Madre Tierra”, dice su autor Ramón Rivera.
A muchos les llamó también la atención un enorme zapato de mujer que semeja a la vez la figura de un lagarto, obra inspirada en la caza furtiva de animales exóticos para usar sus pieles como accesorios en lujosas prendas de vestir. El trabajo fue realizado por Karen Irías y su esposo Roger Fernández.
Lo más difícil de las obras es darles forma a base de alambre, especialmente cuando se trata de un rostro, dijo René Fernández, quien trabaja en las chimeneas desde 2001. También se usa papel periódico para hacer las molduras y mezcal para las cabelleras .
“Este año, los miembros de este disparatado sueño, al calor del fuego y con tenazas en mano, decidieron dedicarles las Chimeneas 2016 a don José María López, camarógrafo de la comunidad, y al empresario Juan Bendeck”, informó el coordinador del evento, Delmer López Moreno.
“Es justo que al zapatero aprendiz de camarógrafo le demos esa gracia viva”, agregó refiriéndose a don José María López.
Sobre Juan Bendeck, López expresó que “se metió de lleno al manicomio más lindo y desde entonces ha brindado su apoyo incondicional y con ello hemos logrado rebasar las expectativas”.
Los visitantes tendrán solo este día para admirar las esculturas, porque a eso de las ocho de la noche serán convertidas en enormes fogatas luego de una presentación artística que harán sus creadores. La alegría se complementará con la participación de diferentes conjuntos musicales que harán más contagiosa esta locura de los trinitecos.
