El Progreso, Yoro, Honduras.
“Estamos alegres porque después de cinco años de haber denunciado el abuso sexual contra menores de Proniño, las autoridades capturan al responsable”, expresó Bas Wiersma, representante de la fundación Niños sin Techo, de Holanda, principal aportador de ese hogar que funciona en El Progreso.
El pasado jueves, funcionarios federales de Estados Unidos arrestaron al sacerdote Joseph D. Maurizio (69), contra quien había una orden de captura emitida el pasado 8 de agosto por el Juzgado de lo Penal de El Progreso por petición de la Fiscalía de la Niñez, por medio de la Unidad de Explotación Sexual y Comercial de San Pedro Sula. Proniño, fundado en 1998 en la comunidad de Las Flores, norte de la Perla del Ulúa, alberga a 90 niños de diferentes edades, la mayoría rescatados de las calles y de hogares desintegrados. Una buena cantidad tiene problemas de drogadicción.
Indignación y alegría
Wiersma agregó que la noticia lo tomó por sorpresa. “Estábamos impacientes porque no mirábamos respuesta. Nunca dejamos el caso, siempre estuvimos pendientes y consultando a los entes responsables del mismo y solo nos decían que tenía un buen avance y nada más. Hay indignación por lo sucedido y a la vez alegría porque lo capturaron y se le está comprobando lo que denunciamos”.
El donante añadió que esta es una experiencia desagradable que los ha obligado a mejorar la vigilancia y tener mayor contacto con los infantes, a quienes “hemos aconsejado que digan cualquier cosa anormal por la cual se sientan afectados” porque esa es la única manera en que podrán ser protegidos.
“Consideramos que hicimos lo correcto al escuchar las versiones de los menores que fueron víctimas de abuso del padre. Gracias a Dios recibimos apoyo de la embajada de Estados Unidos en Honduras y entes de Honduras encargados de velar por este tipo de delitos”.
Durante las investigaciones, agentes del FBI de Estados Unidos llegaron en los primeros meses de este año a Proniño y buscaron a las víctimas de abuso que hace varios años dejaron el centro por ser mayores de 18 años. Ellos contaron los vejámenes a que los sometió el prelado de la Iglesia Católica en el país del norte, de donde venía al lugar tres veces al año con ayuda humanitaria.
Reginaldo Muñoz, director de Proniño, dijo que luego de ese hecho descubrieron otro abuso cometido por un maestro que impartía clases en ese lugar.
“Ya tienen la denuncia las autoridades correspondientes y esperamos que den una respuesta pronta para castigar al presunto responsable de ese hecho que lamentablemente va en contra de los pequeños que de una u otra manera son maltratados afuera antes de llegar a este lugar y no es posible que ya dentro sigan con esa mala suerte”. En tono triste, Muñoz mostró su preocupación por la falta de interés del Gobierno en ayudarle con algún fondo para atender las necesidades de los infantes, pues logran lo que hacen con un presupuesto de 600,000 lempiras que les da la fundación que dirige Bas Wiersma desde Holanda.
“Es una pena que personas de afuera del país se preocupen más que las autoridades hondureñas; los juzgados y la Fiscalía de la Niñez nos traen menores de diferentes ciudades con problemas de drogas y vagancia, pero se olvidan de que comen, visten y requieren un sitio cómodo para dormir. Nuestras instalaciones resultan insuficientes para darles el trato que se merecen”.
Héctor Espinal, representante de Unicef en Honduras, dijo que el padre estuvo en el país desde 2006 hasta 2009 y tiene cuatro denuncias en su contra.
Según el padre Carlos Rubio, si se le encuentra culpable, será juzgado de acuerdo con lo que manda la ley. Cuando un hecho de estos sucede, la Iglesia suspende al sacerdote y lo pone a la orden de las autoridades.
Roberto Herrera, comisionado de Derechos Humanos en Honduras, dijo que la política del Vaticano y del papa Francisco de no dejar impunes situaciones de ese tipo e iniciar una investigación es ejemplar para determinar si es culpable o inocente. Rolando Argueta, coordinador de fiscales del Ministerio Publico, dijo que si se confirmara la denuncia, “podríamos estar hablando de agresiones sexuales, de delitos que tienen relación con violación común o especial o actos de lujuria agravados. En el caso de que verifiquemos tales extremos, podríamos coordinar la extradición del detenido con las autoridades norteamericanas para su proceso legal”.
Elvis Guzmán, vocero de esa dependencia en San Pedro Sula, dijo que la orden de captura fue emitida el 8 de agosto de este año luego de una intensa labor investigativa de ese personal.
“Estamos alegres porque después de cinco años de haber denunciado el abuso sexual contra menores de Proniño, las autoridades capturan al responsable”, expresó Bas Wiersma, representante de la fundación Niños sin Techo, de Holanda, principal aportador de ese hogar que funciona en El Progreso.
El pasado jueves, funcionarios federales de Estados Unidos arrestaron al sacerdote Joseph D. Maurizio (69), contra quien había una orden de captura emitida el pasado 8 de agosto por el Juzgado de lo Penal de El Progreso por petición de la Fiscalía de la Niñez, por medio de la Unidad de Explotación Sexual y Comercial de San Pedro Sula. Proniño, fundado en 1998 en la comunidad de Las Flores, norte de la Perla del Ulúa, alberga a 90 niños de diferentes edades, la mayoría rescatados de las calles y de hogares desintegrados. Una buena cantidad tiene problemas de drogadicción.
Indignación y alegría
Wiersma agregó que la noticia lo tomó por sorpresa. “Estábamos impacientes porque no mirábamos respuesta. Nunca dejamos el caso, siempre estuvimos pendientes y consultando a los entes responsables del mismo y solo nos decían que tenía un buen avance y nada más. Hay indignación por lo sucedido y a la vez alegría porque lo capturaron y se le está comprobando lo que denunciamos”.
El donante añadió que esta es una experiencia desagradable que los ha obligado a mejorar la vigilancia y tener mayor contacto con los infantes, a quienes “hemos aconsejado que digan cualquier cosa anormal por la cual se sientan afectados” porque esa es la única manera en que podrán ser protegidos.
“Consideramos que hicimos lo correcto al escuchar las versiones de los menores que fueron víctimas de abuso del padre. Gracias a Dios recibimos apoyo de la embajada de Estados Unidos en Honduras y entes de Honduras encargados de velar por este tipo de delitos”.
Durante las investigaciones, agentes del FBI de Estados Unidos llegaron en los primeros meses de este año a Proniño y buscaron a las víctimas de abuso que hace varios años dejaron el centro por ser mayores de 18 años. Ellos contaron los vejámenes a que los sometió el prelado de la Iglesia Católica en el país del norte, de donde venía al lugar tres veces al año con ayuda humanitaria.
Reginaldo Muñoz, director de Proniño, dijo que luego de ese hecho descubrieron otro abuso cometido por un maestro que impartía clases en ese lugar.
“Ya tienen la denuncia las autoridades correspondientes y esperamos que den una respuesta pronta para castigar al presunto responsable de ese hecho que lamentablemente va en contra de los pequeños que de una u otra manera son maltratados afuera antes de llegar a este lugar y no es posible que ya dentro sigan con esa mala suerte”. En tono triste, Muñoz mostró su preocupación por la falta de interés del Gobierno en ayudarle con algún fondo para atender las necesidades de los infantes, pues logran lo que hacen con un presupuesto de 600,000 lempiras que les da la fundación que dirige Bas Wiersma desde Holanda.
“Es una pena que personas de afuera del país se preocupen más que las autoridades hondureñas; los juzgados y la Fiscalía de la Niñez nos traen menores de diferentes ciudades con problemas de drogas y vagancia, pero se olvidan de que comen, visten y requieren un sitio cómodo para dormir. Nuestras instalaciones resultan insuficientes para darles el trato que se merecen”.
Héctor Espinal, representante de Unicef en Honduras, dijo que el padre estuvo en el país desde 2006 hasta 2009 y tiene cuatro denuncias en su contra.
Según el padre Carlos Rubio, si se le encuentra culpable, será juzgado de acuerdo con lo que manda la ley. Cuando un hecho de estos sucede, la Iglesia suspende al sacerdote y lo pone a la orden de las autoridades.
Roberto Herrera, comisionado de Derechos Humanos en Honduras, dijo que la política del Vaticano y del papa Francisco de no dejar impunes situaciones de ese tipo e iniciar una investigación es ejemplar para determinar si es culpable o inocente. Rolando Argueta, coordinador de fiscales del Ministerio Publico, dijo que si se confirmara la denuncia, “podríamos estar hablando de agresiones sexuales, de delitos que tienen relación con violación común o especial o actos de lujuria agravados. En el caso de que verifiquemos tales extremos, podríamos coordinar la extradición del detenido con las autoridades norteamericanas para su proceso legal”.
Elvis Guzmán, vocero de esa dependencia en San Pedro Sula, dijo que la orden de captura fue emitida el 8 de agosto de este año luego de una intensa labor investigativa de ese personal.