Tegucigalpa. Los transportistas capitalinos ahora presionan por el aumento a las tarifas. Pretenden un incremento de L4.60, elevando el precio del pasaje de 4 a 8.60.
Los dueños de buses aseguran que harán esa petición porque el Gobierno les ha atrasado el pago de subsidios y porque se suspendió la aprobación de las reformas a la Ley de Transporte.
En la capital, según documentos de la Dirección General de Transporte (CGT), circulan 1,131 unidades que gozan de los beneficios estatales.
A estos buses se les asignan diariamente 1,075 lempiras -575 de subsidios y 500 de bonos-, según los acuerdos pactados con el Gobierno.
Según cálculos de la Secretaría de Obras Públicas, Transporte y Vivienda (Soptravi), al año se destinan unos 364 millones de lempiras para cancelar las compensaciones.
Empero, Jorge Lanza, dirigente del transporte urbano, señaló que el Gobierno les adeuda unos ocho meses de subsidio y 19 de bonos, que en total suman 27 meses.
Debido a lo anterior anunciaron una movilización humana para hoy frente a Casa Presidencial.
La tarifa en los rapiditos se mantiene en 11 lempiras, por lo que se deduce que los capitalinos dejan una recaudación de entre 44 mil y 55 mil lempiras diarios en la ruta.
Sin embargo, si los buses amarillos cubrieran esa demanda, el pago total oscilaría entre 16 mil y 20 mil lempiras, lo que supondría un ahorro de 28 mil a 35 mil lempiras para la masa de usuarios.
Aunque Lanza admitió que probablemente los capitalinos se opongan al drástico precio, defiende la tarifa como necesaria.
