Tegucigalpa, Honduras.
Los propietarios de las casas del fracasado proyecto de Ciudad del Ángel expresaron ayer su oposición a demoler las viviendas, como dictaminaron organismos de gestión en riesgos.
Los pobladores, quienes se reunieron con la regidora municipal María Luisa Borjas en la peligrosa zona, explicaron que no permitirán esta acción, sin antes lograr la indemnización de sus casas. “Primero se tiene que indemnizar o que alguien haga que caminen los casos y los juicios, tanto en el Ministerio Público o los Juzgados”, dijo Peter Ortega, vecino y vocero de los afectados.
La Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) recomendó la semana pasada destruir las casas, al considerar que este peso vuelve más inestable la falla geológica. Esta advertencia se lanzó el 9 de julio, después que el terreno cediera y provocara un alud de tierra que obstruyó un carril del anillo periférico, en su conexión con la carretera CA-5.
Sin embargo, Ortega consideró que “están inventando cosas para proteger la calle CA-5 y el anillo periférico y eso es lo importante para ellos”.
Además, la medida fue calificada por los perjudicados como una operación para limpiar las irregularidades y el desastre entorno a la obra.
Pese al riesgo, en el predio aún residen unas 30 familias de las 280 que había al principio.
Los propietarios de las casas del fracasado proyecto de Ciudad del Ángel expresaron ayer su oposición a demoler las viviendas, como dictaminaron organismos de gestión en riesgos.
Los pobladores, quienes se reunieron con la regidora municipal María Luisa Borjas en la peligrosa zona, explicaron que no permitirán esta acción, sin antes lograr la indemnización de sus casas. “Primero se tiene que indemnizar o que alguien haga que caminen los casos y los juicios, tanto en el Ministerio Público o los Juzgados”, dijo Peter Ortega, vecino y vocero de los afectados.
La Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) recomendó la semana pasada destruir las casas, al considerar que este peso vuelve más inestable la falla geológica. Esta advertencia se lanzó el 9 de julio, después que el terreno cediera y provocara un alud de tierra que obstruyó un carril del anillo periférico, en su conexión con la carretera CA-5.
Sin embargo, Ortega consideró que “están inventando cosas para proteger la calle CA-5 y el anillo periférico y eso es lo importante para ellos”.
Además, la medida fue calificada por los perjudicados como una operación para limpiar las irregularidades y el desastre entorno a la obra.
Pese al riesgo, en el predio aún residen unas 30 familias de las 280 que había al principio.
