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Río Taujica, un remanso que ha cobrado la vida de 15 personas

  • 16 septiembre 2016 /

Tocoa, Colón, Honduras.

Es uno de los ríos más hermosos y visitados de Colón, pero también uno de los tres mortales de este departamento. Sus aguas mansas y cristalinas de un momento a otro se convierten en violentos torrentes, por esa característica es que el río Taujica en Tocoa es asesino.

A sus repentinas crecidas y los misterios de sus pozas se le atribuye la muerte de 15 personas en los últimos 16 años.

Los habitantes de la comunidad de Taujica jamás olvidarán la muerte de dos madres de familia y sus dos hijos el recién pasado 12 de septiembre, cuando bañaban junto a otras tres personas más, que por milagro se salvaron de ser arrastradas por la crecida inesperada.

Lewis Munguía (de 30 años) y Conifer Lanza (de 31), junto a sus hijos Brayan Alexander Munguía Romero (de 7) y Mariángel Munguía Lanza (de 2), son las víctimas. El último suceso que hasta entonces recordaban los pobladores era la muerte de dos jóvenes durante la Semana Santa de 2014, quienes se ahogaron cuando bañaban en la poza La Helada, ubicada en la parte de arriba de este afluente a unos dos kilómetros de la aldea.

Marleni Ríos es una madre que sigue viendo este afluente todos los días con dolor y desconfianza. “Mi hija de apenas un año de edad se ahogó hace nueve años, desde entonces no dejo que mis otros hijos se acerquen a este río”, expresó.

Foto: La Prensa

Marleni Ríos vive desconfiada de las aguas del Taujica luego de haber perdido a una hija de un año.
Ella estaba lavando ropa cuando en un descuido su pequeña Kensy Marleni se fue gateando hasta la corriente. “Nadie se percató, hasta que unos perros ladraron nos dimos cuenta que se había ahogado”, recuerda Marleni, a quien el río le ha llevado su casa en tres ocasiones.

Otro hecho que recuerdan los habitante es la muerte de un joven con problemas mentales, identificado como Margarito; también de un hombre que había llegado del extranjero a la aldea y que una noche decidió ir a pescar, fue arrastrado por la corriente luego que la red que tiraba se le trabó.

“Ya conocemos que este río es traicionero y sabemos cuándo va a crecer”, comentó Joaquín Escobar, nativo de la comunidad.

Cuando las montañas están cubiertas de nubes negras, los locales por intuición saben que no deben acercarse al río. “Pero hay gente que no es de aquí y viene al río sin saber el peligro”, lamentó.

La mayoría de las personas que han perecido en este río son de otras localidades. “Una de las peculiaridades de este afluente es que es bonito y el más visitado durante Semana Santa. Pero está entre los tres más peligrosos de Colón”, aseguró Rommel Barralaga, excomisionado de Copeco y vecino de esta aldea. La gravedad es la mayor amenaza, cuando crece el caudal avanza a 100 kilómetros por hora, “también es alimentado por dos grandes quebradas en la parte de arriba, una por el sector norte y otra por el sur, y a veces llueve en un sector y en otro no, y eso hace que tenga crecidas inesperadas, pero ya la población conoce su comportamiento”, agregó. Este río junto al Aguán y el río Grande en Santa Fe son los que más han cobrado víctimas en esta región.