Talentosa artista hondureña, apasionada, sincera, directa, liberal, soñadora, emprendedora y adicta al trabajo, así es Shirley Paz, una de las directoras y maestras del Conservatorio de Música Crescendo.
Paz enseña clases de canto, violencello y lenguaje musical; además participa como jurado en el concurso Honduras Canta, organizado por el Gobierno para resaltar el talento hondureño.
Mi papá era un cafetalero de Santa Bárbara, por eso es que amo el café, también era bastante creativo en estructuras de metal; y mi mamá de Tegucigalpa, era artista, secretaria, ahora es costurera y ama de casa.
Mis papás son artesanos, hacen todo con sus manos, manualidades, entre otras cosas. Es mucho más fácil estudiar música en Tegucigalpa que fuera de la ciudad. Estudio música desde que tengo cinco años. Mi mamá me nombró Shirley por Shirley Temple (actriz norteamericana muy conocida por su habilidad de bailar y actuar), quería que fuera como Temple, entonces danzaba, bailaba y cantaba desde los 3 años. Me ponía música para dormir. Mi mamá me metió a estudiar en la Escuela Experimental de Niños para la Música, allí empecé con flauta, guitarra y canto.
Yo creo que más agitada, no fue una infancia normal. Jugaba a ser directora de escuela, maestra del coro, tenía una banda, cantaba con las escobas como si fueran micrófono; pero no hice muchos deportes, esta es una parte de mi vida que no tengo concluida. Desde niña me puse en contacto con la música, el arte, la película, el drama, aunque ahora no me gusta dramatizar. Siempre fui muy disciplinada, fui la mejor alumna de mis cursos tanto en la escuela, como el colegio y la universidad.
Hubiese querido ser físico-matemática. Me encanta los sonidos y las frecuencias.
Desde niño uno quiere ser doctor, abogado, pero a los 12 años fue el momento en que yo decidí querer ser músico, cuando salí de la Escuela Experimental de Niños y luego empecé a ver mis maestros, las orquestas y dije ‘yo quiero ser músico el resto de mi vida y estudiar con más seriedad’.
Porque me enamoré de como tocaba mi maestra rusa cuando yo estaba pequeña. Escuché un solo acompañado por una orquesta, al principio no me gustaba el cello porque era muy grande y yo pequeña, pero cuando la vi a ella tocar y escuché su sonido que era tan grueso, versátil, elegante, allí decidí ser chelista.
Tengo miedo de las alturas, padezco de vértigo por eso no hago canoping, lo detesto.
Me encanta el fútbol, mi papá fue árbitro cuando yo era niña, pero no hago deportes. Soy un asco en ello por eso me dedico tanto al arte. Soy Olimpia y Real Madrid por herencia de mi papá. Yo toqué el himno para el 100 aniversario del Olimpia.
Cuando estaba estudiando fuera del país, tenía media beca en Chicago, por lo que trabajé doble jornada para no quedar sin comer, ser muy buena en lo que realizaba para que no me despacharan, por lo que tocaba en cafés y bares.
A mis papás. Tengo una admiración por ese par de señores hermosos y los admiro por sus cualidades y sus errores a cada uno. Mi mamá es el eslabón más importante de lo que significa la música para mí. Yo admiro a todo el mundo porque cada uno tiene una cualidad que yo no tengo y me encanta. Me gusta la sencillez que hay en la gente y lo admiro por eso. Dios ha sido mi más grande influencia, mi ejemplo.
De todo, pero que esté bien hecha, menos el reguetón porque está torcido y la música grupera que es buena, pero no me agrada. Soy jazzista, rockera, música de tango, que son música heavy (pesada) y pura.
Claro que sí. En Honduras es difícil ser cualquier cosa, es un país de oportunidades, pero porque estamos acostumbrados a que nos la regalen en vez de hacerlas, buscarlas y crearlas. Es difícil ser músico para las mujeres en todo el mundo porque hay estigma del hombre machista de que solo ellos, y poco a poco las mujeres han fungido en roles importantes. En el Conservatorio Crescendo soy la única mujer porque el resto del personal es de hombres y del 100% de los estudiantes, solo el 20% son mujeres. Cuando dirijo una orquesta, el 95% son hombres, entonces estoy dirigiendo varones la mayor parte del tiempo.
Desde Canadá hasta Panamá, me falta Sudamérica y me gustaría hacer este año un viaje fuera del continente americano.
No, estoy soltera y no tengo hijos, tengo una sobrina que me encanta. Eventualmente pienso tener hijos si Dios quiere, ya no estoy tan pequeña, tengo 37 años, y si los llego a tener, sería un par o gemelos de un solo parto; pero si no los llego a tener, adoptaría un niño y está en mi lista. Adoptar un hijo está en mi lista para ayudar a alguien porque soy voluntaria y si me caso mi esposo tiene que saber que adoptaré un niño. Si no tengo hijos, adopto, y si tengo, siempre adopto. Con todo lo que uno tiene darle a alguien es una oportunidad de vida.
No me arrepiento de ser músico y si volviera a nacer sería músico otra vez; pero siempre tuve la curiosidad de qué pasaría si me hubiese quedado en Estados Unidos cuando tuve la beca entre 2000 y 2006. Me regresé por nostalgia y siempre tuve la espinita clavada de qué hubiese pasado si yo realmente me hubiese quedado tocando el violencello.
Me encanta viajar y me refiero ir a Valle de Ángeles, Santa Lucía, básicamente hacer turismo interno.
Ja ja ja ja ja, realmente no, pero sí me considero una mujer segura, o sea, si le gusto está bien y si no, pues bien.
Hasta que me entierren y que diga en la lápida “Murió feliz esta loca”. Tengo dos cosas que no son negociables en mi vida, una es mi fe porque creo en Jesús y la otra es la música.
En mi primer concierto se me cayó el arco del violencello y luego me empecé a reír.
He tenido tres novios, uno cuando tenía 20, otro a los 26 y el último a los 30. Me gusta que una pareja diga que yo soy su novia. Eso de andar intentado o probemos no me gusta, me aburre porque me prometen cosas que no.
Empezamos un grupo de cuatro amigos en el que estaba yo, esto fue hace ocho años con una idea para que uniéramos fuerzas, ya que dábamos clases por separado.
Decidimos poner un centro adonde la gente fuera y nos buscara, entonces empecé el sueño y seguimos todavía con dos integrantes, ya que uno se murió; el otro está en España con su esposa y ahora con una reproductora que se llama Compás Producciones.
Se llama Crescendo porque se origina de una línea musical que te indica el aumento de volumen, entonces esto es de sembrar y crecer.
Shirley Dayana Paz
Fecha de nacimiento: 23/9/1978
Edad: 37 años
Ciudad de origen: Tegucigalpa
Lugar de residencia: Tegucigalpa
Profesión: Músico
Religión: Evangélica
Equipo de fútbol: Olimpia/Real Madrid
Situación sentimental: Soltera
Música: De todo, menos reguetón y grupera
“Me encanta el fútbol, pero soy un asco en ello, me dicen gimnasia y me voy de espaldas”
“Mi mamá me puso Shirley en honor a Shirley Temple que fue una actriz que bailaba”
