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Las maras siguen siendo una amenaza para los jóvenes

  • 06 enero 2018 /

    San Pedro Sula, Honduras.

    Las maras o pandillas (MS-13 y 18), pese a que han sido golpeadas por las autoridades, son todavía una amenaza para la población juvenil y niñez.

    La Fuerza Nacional Antiextorsión (FNA) continúa capturando a menores en el momento que cometen el delito de la extorsión en Tegucigalpa y San Pedro Sula. Esto indica que esas organizaciones criminales siguen reclutando a menores de 18 años.

    Sin embargo, de acuerdo con autoridades de esa entidad policial, la participación de los menores de edad en la comisión de ese delito ha menguado.

    El coronel Leandro Flores, jefe de la FNA en San Pedro Sula, advierte que esas dos organizaciones, para evadir la justicia, siguen reclutando a los menores de edad.

    Dos menores de edad capturados por la FNA.

    “El empleo de menores de edad en el delito de extorsión ha disminuido significativamente.

    ¿Cómo han llegado estos individuos a utilizar a los menores? El delito de extorsión ha mutado. Inicialmente la realizaban los mayores de edad, pero al ver que se les estaba contrarrestando su accionar delictivo, empezaron a recurrir al sexo femenino y después decidieron emplear a los menores”, explicó.

    El jefe del FNA le dijo a LA PRENSA que estas organizaciones utilizan menores de edad porque la ley es menos drástica con ellos, pues les tipifica la comisión de la extorsión como una infracción y no como un delito.

    “Los menores de edad no cometen delitos. Los menores son infractores. Ellos (mareros) saben que las penas que a ellos se les imputan son menores. Saben que en dos o tres años están en libertad”, dijo.

    Para frenar la extorsión, en febrero, el Congreso Nacional reformó el artículo 222 del Código Penal.

    Según el artículo, “comete el delito de extorsión, quien, con violencia o intimidación y ánimo de lucro, obliga o trata de obligar a otro a realizar u omitir un acto o negocio jurídico en perjuicio de su patrimonio o de terceros”.

    Muchos menores de edad se identifican con tatuajes alusivos a la organización criminal a la que pertenecen.

    Según el Código, el culpable de extorsión debe ser castigado con la pena de prisión de 15 a 20 años y multa de 50 salarios mínimos en su nivel más alto, más las accesorias que correspondan, sin perjuicio de las que pudieran imponerse por los actos de violencia física realizados durante la extorsión.

    “Con esta reforma se ha reducido el delito de extorsión. Antes, el delito se combatía cuando se consumaba, hasta que el extorsionador recibía el dinero. Ahora no, basta con que ejecute la amenaza por cualquier red social, por vía telefónica, por un papel”, dijo.

    Las familias que consideren que las maras intentan reclutarles a su hijos para que comentan actividades ilícitas pueden llamar al número 143 de la FNA.