San Pedro Sula, Honduras.
Pese a que ya hay evidencia en el país de que el zika puede causar Guillain-Barré y microcefalia, parece que los hondureños no están temerosos de la situación y siguen siendo indiferentes ante las alertas hechas por la Secretaría de Salud, lo que obstaculiza los trabajos de prevención contra la enfermedad.
Actualmente en la zona norte, el número de personas afectadas con enfermedades virales como zika, chikungunya y dengue se ha disminuido drásticamente y las cifras se mantienen en zona segura en la escala epidemiológica.
No obstante, los números podrían incrementarse si las personas no destruyen los criaderos que pudieron haber dejado las últimas lluvias.
“El problema es que la población no le tiene miedo al zika, vino una madre con un bebé con microcefalia y era como que todavía no comprendía la dimensión de la situación”, expresó Daysi Suazo, epidemióloga de la Región Metropolitana de Salud.
Suazo añadió que no todos los casos de enfermedades virales que se registran en la Región Metropolitana pertenecen a San Pedro Sula, ya que en los hospitales no se dividen a los pacientes por lugar de referencia.
“Se estima que el 80% de los pacientes con zika registrados hasta el momento son sampedranos”, indicó.
Los especialistas indicaron que la reducción en el número de casos se debe a que la circulación del virus es menor, pero que el vector siempre existe y basta con una picadura a una persona infectada para que el ciclo se reanude.
En San Pedro Sula hay un registro catastral de más de 600 barrios y colonias de los cuales se estima que el 80% en algún momento estuvo en
riesgo de infección.
Al inicio de la epidemia entre noviembre y octubre semanalmente se contaban hasta 800 casos y actualmente en la semana epidemiológica 30 (del 31 de julio al 6 de agosto), el registro fue de 20 afectados con zika en la capital industrial.
Esfuerzos
Rafael Rodríguez, técnico de Salud, detalló sobre los hallazgos hechos con las jornadas que se hacen semanalmente.
“Lo más difícil ha sido hacer entender a la población que sin su apoyo los esfuerzos de la Secretaría no serán suficientes, se hacen trabajo educativos y de concienciación, pero no vemos el cambio de actitud que esperamos. Los criaderos más comunes siguen siendo las pilas, la semana pasada destruimos 26,338 criaderos de zancudos y un 2.2% de positividad larvaria en recipientes para acumular agua”.
El 87% de los enfermos por zika son atendidos en el Instituto Hondureño de Seguridad Social y el resto del hospital Mario Rivas y centros de salud. Los hospitales privados no reportan sus casos.
Plan de acción
En cada sector que se interviene, la meta de fumigación y abatización es de 800 viviendas por día; no obstante, cuando se organizan megaoperativos, la Secretaría de Salud invierte hasta seis millones de lempiras en cada uno entre movilización de personal, materiales, combustible y material para hacer el trabajo.
“Nosotros hacemos trabajos de limpieza y fumigación de manera permanente y eso nos ha ayudado a mantener los casos abajo. Para eso tenemos disponible los 400 empleados que asignó el Gobierno de la república para hacerle frente al zancudo, más los empleados de la Región de Salud y la disposición que tenemos de la alcaldía que lidera la Mesa Intersectorial de Salud y que apoya de manera incondicional”, dijo Lorena Martínez, directora de la Región Metropolitana.
En San Pedro Sula hay disponibles 30 bombas termonebulizadoras, cuatro máquinas para fumigación leco, 600 sacos de abate más 200 en reserva y 44,600 gramos del producto asignados, pero que aún no se han ido a traer a Tegucigalpa.
“Con todo el trabajo y los materiales que tenemos a disposición le aseguro que tuviéramos en toda la ciudad un índice de infestación menor al 5%; pero esto no sucederá si la población no se une a las labores. La Organización Mundial de la Salud recomienda buscar criaderos 10 minutos a la semana; pero eso tampoco se está haciendo y aunque la mayoría del territorio está controlado, siempre hay sectores como Cofradía y el sureste de San Pedro Sula en los que tenemos índices hasta del 35 o 30%”, manifestó Suazo.
Valle de Sula
Los esfuerzos se han extendido por los 20 municipios del valle, ya que la población de la zona se desplaza a diario por las diferentes ciudades por situaciones laborales y así se evita el contagio.
“Son muchos los factores que inciden en el éxito o no de los trabajos que se ejecutan para evitar que más personas se infecten con zika u otras enfermedades similares y el más efectivo es la importancia y el compromiso que las familias adopten ante la emergencia. En los últimos cinco años no se ve acción de la población y esperan que otros hagan el trabajo”, expresó Adolfo Avilés, coordinador regional de Salud Ambiental.
En el Valle de Sula son 11 los municipios identificados como más riesgosos; aunque en comparación a 2015, la incidencia se ha disminuido hasta en un 50%.
“En los casos de Choloma, Villanueva y San Manuel que tenían un índice de infestación larvaria hasta del 31% se contrató a 100 personas para la eliminación de criaderos y aplicación de larvicida, y eso redujo la infestación hasta el 19.5 y 9% en estos lugares”, añadió Avilés.
Las jornadas a nivel departamental han logrado superar las 80,000 viviendas intervenidas, sin contar las de San Pedro Sula; aunque en muchos lugares la inseguridad y las limitaciones en el acceso a las casas impide que el trabajo se realice de manera uniforme.
A inicios del año, el Gobierno aprobó para la emergencia por zika más de 200 millones de lempiras. Esta semana, la Secretaría de Finanzas aprobó L30 millones adicionales para el combate de la enfermedad.
Pese a que ya hay evidencia en el país de que el zika puede causar Guillain-Barré y microcefalia, parece que los hondureños no están temerosos de la situación y siguen siendo indiferentes ante las alertas hechas por la Secretaría de Salud, lo que obstaculiza los trabajos de prevención contra la enfermedad.
Actualmente en la zona norte, el número de personas afectadas con enfermedades virales como zika, chikungunya y dengue se ha disminuido drásticamente y las cifras se mantienen en zona segura en la escala epidemiológica.
| Estadísticas
Honduras es el segundo país centroamericano con más número de casos, después de Nicaragua.
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“El problema es que la población no le tiene miedo al zika, vino una madre con un bebé con microcefalia y era como que todavía no comprendía la dimensión de la situación”, expresó Daysi Suazo, epidemióloga de la Región Metropolitana de Salud.
Suazo añadió que no todos los casos de enfermedades virales que se registran en la Región Metropolitana pertenecen a San Pedro Sula, ya que en los hospitales no se dividen a los pacientes por lugar de referencia.
“Se estima que el 80% de los pacientes con zika registrados hasta el momento son sampedranos”, indicó.
Los especialistas indicaron que la reducción en el número de casos se debe a que la circulación del virus es menor, pero que el vector siempre existe y basta con una picadura a una persona infectada para que el ciclo se reanude.
El llamado es ala población para que nos ayude, la Secretaría de Salud no puede luchar sola Yolani Batres, ministra de Salud
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Al inicio de la epidemia entre noviembre y octubre semanalmente se contaban hasta 800 casos y actualmente en la semana epidemiológica 30 (del 31 de julio al 6 de agosto), el registro fue de 20 afectados con zika en la capital industrial.
Esfuerzos
Rafael Rodríguez, técnico de Salud, detalló sobre los hallazgos hechos con las jornadas que se hacen semanalmente.
“Lo más difícil ha sido hacer entender a la población que sin su apoyo los esfuerzos de la Secretaría no serán suficientes, se hacen trabajo educativos y de concienciación, pero no vemos el cambio de actitud que esperamos. Los criaderos más comunes siguen siendo las pilas, la semana pasada destruimos 26,338 criaderos de zancudos y un 2.2% de positividad larvaria en recipientes para acumular agua”.
El 87% de los enfermos por zika son atendidos en el Instituto Hondureño de Seguridad Social y el resto del hospital Mario Rivas y centros de salud. Los hospitales privados no reportan sus casos.
Plan de acción
En cada sector que se interviene, la meta de fumigación y abatización es de 800 viviendas por día; no obstante, cuando se organizan megaoperativos, la Secretaría de Salud invierte hasta seis millones de lempiras en cada uno entre movilización de personal, materiales, combustible y material para hacer el trabajo.
“Nosotros hacemos trabajos de limpieza y fumigación de manera permanente y eso nos ha ayudado a mantener los casos abajo. Para eso tenemos disponible los 400 empleados que asignó el Gobierno de la república para hacerle frente al zancudo, más los empleados de la Región de Salud y la disposición que tenemos de la alcaldía que lidera la Mesa Intersectorial de Salud y que apoya de manera incondicional”, dijo Lorena Martínez, directora de la Región Metropolitana.
En San Pedro Sula hay disponibles 30 bombas termonebulizadoras, cuatro máquinas para fumigación leco, 600 sacos de abate más 200 en reserva y 44,600 gramos del producto asignados, pero que aún no se han ido a traer a Tegucigalpa.
“Con todo el trabajo y los materiales que tenemos a disposición le aseguro que tuviéramos en toda la ciudad un índice de infestación menor al 5%; pero esto no sucederá si la población no se une a las labores. La Organización Mundial de la Salud recomienda buscar criaderos 10 minutos a la semana; pero eso tampoco se está haciendo y aunque la mayoría del territorio está controlado, siempre hay sectores como Cofradía y el sureste de San Pedro Sula en los que tenemos índices hasta del 35 o 30%”, manifestó Suazo.
Valle de Sula
Los esfuerzos se han extendido por los 20 municipios del valle, ya que la población de la zona se desplaza a diario por las diferentes ciudades por situaciones laborales y así se evita el contagio.
“Son muchos los factores que inciden en el éxito o no de los trabajos que se ejecutan para evitar que más personas se infecten con zika u otras enfermedades similares y el más efectivo es la importancia y el compromiso que las familias adopten ante la emergencia. En los últimos cinco años no se ve acción de la población y esperan que otros hagan el trabajo”, expresó Adolfo Avilés, coordinador regional de Salud Ambiental.
En el Valle de Sula son 11 los municipios identificados como más riesgosos; aunque en comparación a 2015, la incidencia se ha disminuido hasta en un 50%.
“En los casos de Choloma, Villanueva y San Manuel que tenían un índice de infestación larvaria hasta del 31% se contrató a 100 personas para la eliminación de criaderos y aplicación de larvicida, y eso redujo la infestación hasta el 19.5 y 9% en estos lugares”, añadió Avilés.
Las jornadas a nivel departamental han logrado superar las 80,000 viviendas intervenidas, sin contar las de San Pedro Sula; aunque en muchos lugares la inseguridad y las limitaciones en el acceso a las casas impide que el trabajo se realice de manera uniforme.
A inicios del año, el Gobierno aprobó para la emergencia por zika más de 200 millones de lempiras. Esta semana, la Secretaría de Finanzas aprobó L30 millones adicionales para el combate de la enfermedad.
