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Hondureño comenta partidos de fútbol sin poder verlos

  • 18 diciembre 2015 /

El Progreso, Honduras.

Nació con sus ojos apagados, pero desarrolló una potente voz y una facilidad de palabra que le abrieron el camino para convertirse en un excelente locutor y comentarista deportivo.

Jorge Andino vibra de emoción cuando, desde la cabina del Estadio Micheletti de El Progreso, comenta las incidencias de los partidos de fútbol, sobre todo si uno de los equipos que juegan es el suyo.

Es furibundo aficionado del Honduras Progreso, pero trata de ser imparcial al hacer los análisis de sus jugadas; aunque admite que el corazón lo traicionó cuando comentó el último encuentro que el ribereño tuvo con el Motagua en Tegucigalpa.

“Trato de mantener el equilibrio, pero el tercer gol sí lo celebré, no pude contener la emoción”, dijo al referirse al gol “con sabor a campeonato” que su equipo le metió al Motagua.

Sigue con su oído agudo el golpe del balón y la gritería del público ante un gol, una buena jugada o una falla para evaluar cómo se desarrollan las hostilidades en un partido.

Pese a que su vida transcurre entre sombras, no solo es atento frente al micrófono, sino también con un balón en sus pies, pues también practica el goalball, el único deporte creado especialmente para personas invidentes.

Su equipo Atlético San Pedro quedó en tercer lugar en la cuadrangular de esta disciplina, que se llevó a cabo en Tegucigalpa del 14 al 21 de noviembre pasado, según comentó.

Foto: La Prensa

Anima toda clase de eventos, pero su fuerte son los comentarios que hace desde la cabina de los estadios.

Explicó que en el juego se usa mucho el oído para detectar la trayectoria de la pelota, la cual lleva en su interior cascabeles que suenan al correr por el campo.

Destacó que en este deporte todos los jugadores llevan vendas en sus ojos para igualar las condiciones entre los participantes ciegos y los que tienen una escasa visión.

Los únicos que pueden ver son los dos porteros porque no podrían detener un balón a ciegas. Además, tienen la responsabilidad de orientar dentro de la cancha a los jugadores de sus respectivos equipos, manifestó.

Andino muestra orgulloso dos medallas de bronce que trajo de aquel campeonato: una ganada a título personal como campeón de goleo y la otra obtenida por el equipo.

Foto: La Prensa

Este sábado estará en el estadio Humberto Micheletti transmitiendo para su emisora la final Honduras Progreso vs Motagua.
Millonario de satisfacciones

Se ha identificado también con su público como locutor de Radio Xtrema F.M. adonde, con su colega Megan Puerto, anima de lunes a viernes la revista musical La Recarga.

Se auxilia con una computadora provista de un revisor de pantalla que, por medio de una voz sintetizada, le dice literalmente todo cuanto ocurra en el ordenador.

Se desplaza solo por la calle. Tiene que caminar ocho cuadras tanteando con su bastón para llegar a la radio que se encuentra en la segunda planta de un edificio en la salida sur de El Progreso.

Trabaja más por amor al arte, ya que se trata de una emisora comunitaria que enfrenta problemas económicos para su sostenimiento. “Pero aquí estamos haciéndonos millonarios de satisfacciones”, dice.

Su voz se escucha además en Colombia porque colabora, mediante transmisión en línea, con una emisora de la ciudad de Ibagué, departamento de Tolima en aquel país.

Muchos de sus oyentes no perciben que es ciego porque casi nunca se refiere a su limitación física. Sus enfoques radiofónicos más bien van dirigidos a motivar a la audiencia y destacar la capacidad y habilidades de las personas.

Todas las personas tienen limitantes, pero la gente destaca más las que son de carácter físico, dice.

Hay invidentes muy capacitados que no consiguen trabajo porque quienes pueden emplearlos lo único que miran es su bastón, comentó.

Le causó gracia que cierta vez que iba a pie con otros no videntes para el Estadio Olímpico de San Pedro Sula oyó que un transeúnte le dijo a otro: “Ponete chivas que vienen los televisores quemados”.

Foto: La Prensa

Por su carácter jovial goza de la simpatía de sus compañeros.
No creen que sea ciego

Hay quienes se sorprenden cuando por alguna razón se dan cuenta que Andino ni siquiera mira los partidos que comenta debido a que tiene sus ojos apagados por razones que no ha logrado establecer.

“No tengo un diagnóstico preciso, pero creo que se trata de una retinosis pigmentaria”, manifiesta este profesional universitario. En su mundo de sombras, Andino tuvo la visión de superarse desde que estaba niño. A los seis años fue matriculado en la Escuela para Ciegos Pilar Salinas, de Tegucigalpa donde aprendió a escribir y leer en Braille.

Sin embargo, cuando quiso matricularse en una escuela de educación regular le dijeron: “No estamos acostumbrados a tratar a personas como ustedes”. Hasta que una maestra lo apoyó contra viento y marea logró terminar la primaria en El Progreso.

Gracias a su aplicación obtuvo una beca para estudiar en el Instituto San Francisco, de la capital, que le otorgó el título de Bachiller en Ciencias y Letras.

Sorteando los obstáculos de la discriminación logró graduarse como Licenciado en Trabajo Social en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.

Foto: La Prensa

También hace deportes y ha ganado trofeos como campeón goleador en la disciplina de goalball.
Como no podía escribir tan rápido picando con su punzón en el papel, como le enseñaron en la Pilar Salinas, usaba una grabadora para estudiar sus lecciones. Siempre salía avante en sus exámenes, pese a trabas que le ponían algunos catedráticos que no concebían que un ciego estuviera en la universidad.

Recién ingresado le preguntó a uno de sus profesores cómo lo evaluaría y este le respondió con desdén: “Yo no sé, el ciego sos vos”. Ya se acostumbró a las discriminaciones de la gente, aunque no las acepta. Cuenta que una vez un policía irrespetuoso le quitó los lentes oscuros para ver si en realidad no miraba, cuando detuvo al motociclista que lo conducía en la parte trasera.

A sus 30 años de edad, Jorge Andino no ha hecho planes de matrimonio, ni siquiera tiene novia; aunque sus compañeros de locución dicen que es porque no quiere, ya que admiradoras no le faltan.

“Se enamoran porque me escuchan la voz y creen que soy un hombre fortachón y bien parecido”, bromea él.

Se interesa más por el tema de la final que se disputan este sábado el Honduras Progreso con el Motagua en el estadio Humberto Micheletti.

Comenta que “para que el campeonato tenga sabor debe ganar el Honduras Progreso, para romper la rutina de que siempre ganen los mismos equipos y porque fue campeón de dos vueltas ”.

Foto: La Prensa