El número de personas que no estudian ni trabajan en el país sigue aumentando, por lo que es necesario crear estrategias que reduzcan las cifras.
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), hasta marzo la población de 12 a 30 años que no estudia ni trabaja, conocidos como “ninis”, llegaba a 1,080,426 personas, representando el 32.6% de la población en ese rango de edad.
La cifra aumentó en 112,234 personas entre septiembre de 2022 y marzo de 2023, según las estadísticas, pues los datos de septiembre arrojan que había 968,192 hondureños que estaban en esa condición.
Los datos del primer trimestre de este año muestran que las mujeres son las más afectadas, pues el 72.2% de los ninis son féminas; varios estudios señalan que la situación afecta más a las mujeres debido a la desigualdad de oportunidad que todavía existen en la sociedad.
Respecto a las edades, los más afectados son los jóvenes de entre 20 y 30 años, quienes representan casi el 64% de la población total que ni trabaja ni estudia.
En muchos casos las oportunidades de salir de esa situación se les dificulta a muchos jóvenes por la falta de estudios, los datos señalan que los años de estudio promedio en la población nini es de 7.8 años.
Para el economista del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), Daniel Lobo, “hay problemas de fondo para los ninis, no hay oportunidades suficientes y esta dinámica genera caos, es muy difícil que un país salga adelante si no hay educación de calidad”.
El experto en temas de migración Ricardo Puerta señaló que “los ninis en Honduras se han vuelto muy vulnerables a emigrar, con preferencia a Estados Unidos. Si se quedan viviendo en Honduras es una población fácil para sumarse a las maras y pandillas, volverse delincuentes comunes, e incluso consumidores y traficantes de drogas”.
