15/04/2024
12:48 AM

'Diputados de Libre creen que el Congreso es un campo de batalla”

Mauricio Oliva reveló que simpatizantes del partido Libertad y Refundación pretendieron inmolar a un diputado con jeringas cargadas de gasolina.

Tegucigalpa, Honduras.

Con voz pausada y finos modales, pero con tono firme y enérgico que denota las convicciones y firmeza de su carácter, el presidente del Congreso Nacional de Honduras, Mauricio Oliva, un médico cirujano de 63 años, entabló un diálogo franco y sin rodeos con LA PRENSA sobre el presente y futuro del Poder Legislativo, órgano que en las últimas semanas ha estado sumido en un ambiente de belicosidad, anarquía e intolerancia.

El diputado presidente abrió las puertas de su despacho y por más de una hora respondió las preguntas punzantes de LA PRENSA en torno al actual clima de conflictividad que impera en la Cámara Legislativa, sus constantes zipizapes con los diputados de Libre, su relación con el presidente Juan Orlando Hernández, su posición sobre la reelección presidencial y sus aspiraciones políticas, entre otros temas.

¿Qué dejan estos primeros 100 días en el Congreso Nacional?

Creo que hay una especie de sentimientos ambiguos. Me quiero referir a los más positivos, (porque) se han tenido logros al aprobar legislación importante, constituir la Junta Directiva, la elección del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos con un mecanismo que no está previsto en ninguna ley ni en la Constitución. Por otro lado, hemos pasado leyes importantes como la Ley de Recompensas, la Ley de Seguridad que obliga a las empresas telefónicas a llevar un registro de la gente que compra chips para evitar la extorsión. La Ley de Escuelas Abiertas, la Ley de Uniforme Único y una serie de legislación que se ha logrado con altos niveles de participación y consensos importantes.

¿Y cuál ha sido la parte negativa?

La parte negativa ha sido las innecesarias confrontaciones que creo obedecen a una agenda política planificada, porque una de las alegaciones es que se les ha negado participación a ciertos grupos políticos y eso no es cierto. Le expongo algunos indicadores que son claros y palpables: en primer lugar, aquí se han discutido más de 60 mociones y no voy a entrar en detalle si tienen contenido positivo o negativo o si fueron bien formuladas, sino el hecho que de todas, 35 las presentó el partido Libre; el resto el que más tiene es el Partido Nacional, le sigue el Partido Liberal y por último el PAC. De modo que no pueden negar participación. Me tomé la molestia de pedir un registro de quiénes han pedido la palabra más veces y lo ha hecho Libre con 360 intervenciones antes del día de ayer, 283 el Partido Nacional y un poco más de 200 el Partido Liberal.

¿Cuál es esa agenda política planificada de Libre que usted menciona?

Creo que esa agenda inicia para tener un alto grado de visibilidad en el Congreso que tienen derecho a tenerlo, pero debe ser en el campo de las ideas donde halla debate. Libre ha preferido promover actos que, por su característica, llaman la atención como tomarse la Junta Directiva, traer pancartas, traer pitos y hacer bullicio cuando otros compañeros hacen uso de la palabra. Y el último (acto) cuando querían tomarse el Congreso como rehén por espacio de varios días e infiltrar público en una parte que es inviolable. Yo creo que van a seguir por esa ruta, al menos el próximo mes. No soy adivino pero soy un hombre informado, así que vienen otras tomas de calles, manifestaciones, actos de confrontación y protestas que espero se hagan de forma civilizada, que no se genere la confrontación, ni afecten el libre tránsito de las personas y tampoco dañen la propiedad pública y privada.

De acuerdo a su información, ¿qué motivará estos nuevos actos de protestas?

Eso va enmarcado a la fecha del 28 de junio y la muerte lamentable de un militante del partido Libre (Isis Obed Murillo) a inmediaciones del aeropuerto de Toncontín.

Trascendió que en la última protesta había simpatizantes de Libre que entraron al hemiciclo con jeringas llenas de gasolina. ¿Cuál era el propósito?

No quisiera entrar en el terreno movedizo de la especulación, pero un hecho concreto es que un diputado fue rociado de gasolina con una jeringa, imagínese qué hubiese podido ocurrir porque estos trajes y las alfombras son altamente volátiles. Fácil pudo convertirse el hombre en una antorcha humana. Tuvimos informes de inteligencia que andaba gente con cocteles molotov, andaban con piedras y quemaron una cantidad de llantas ahí. Estuvimos en altos niveles de riesgo.

La oposición lo ha tildado a usted de dictatorial e intransigente, ¿qué les responde?

No creo tener esas características y ellos saben que no es cierto, hay una cosa que es clara: el reglamento interno o la Ley Orgánica del Congreso le da la discrecionalidad al presidente del Congreso de elaborar la agenda, pero todos los martes nos reunimos con la Junta Directiva y los jefes de bancada y ahí se define la agenda que se va a discutir. Pero yo no puedo poner una ley en discusión que no esté dictaminada y por eso insté a las comisiones a que sacaran esos dictámenes. Hay otras leyes y otras propuestas que tienen el ánimo de confrontar, por ejemplo el expresidente (Manuel “Mel”) Zelaya introdujo un proyecto tan simplista como este: derogar las medidas económicas del Gobierno y yo le dije públicamente a él que no me daba alternativas, pero si quería la quiebra del Estado, esa era otra cosa. Con qué propósito, solo él lo sabrá. Ellos (Libre) piden derogación total, a cambio de qué, de dejar inerme el Estado; por eso me parece que es una propuesta confrontativa, pero no es viable.

¿Pero realmente usted está abierto al diálogo o solo es un decir suyo?

Constante, constante. Lo que tienen que entender es que hay que dialogar, pero de manera proactiva y no como se dice coloquialmente “esta mula es mi macho”.

Hemos notado otra actitud en los diputados del PAC, ¿usted ya negoció con ellos?

No, para nada. Ellos son una bancada muy beligerante, pero con actitudes más civilizadas. Por ejemplo, la diputada Ana Joselina Fortín ha propuesto una ley contra la violencia en los estadios, el diputado (Aníbal Javier) Cálix ha propuesto una ley antibullying en las escuelas; Doris Gutiérrez (Pinu) una ley de reforma a la microempresa, Jari Dixon (Libre) una ley anticorrupción. Pero hay otras propuestas que las veo de interés mediático y sin sustancia y que por sí solas se vuelven inviables.

¿Qué debemos esperar los hondureños: más intolerancia o diálogo?

Yo ofrezco diálogo, ofrezco respeto, ofrezco inclusión y ofrezco seguridad en el recinto parlamentario para los diputados, para los periodistas, para los invitados y los empleados del Congreso Nacional.

¿Se mantienen las medidas de seguridad que desataron el malestar de Libre?

Creo que es necesario, no solo por la actitud que pueda tomar Libre. Estamos viviendo momentos difíciles en materia de seguridad y las decisiones valientes que ha tomado el anterior y este Congreso en materia de seguridad nos hacen blanco de enemigos. Desgraciadamente hemos tenido que reforzar las medidas de seguridad para proteger las instalaciones físicas y la vida de los que visitan con frecuencia este poder del Estado.

¿Qué leyes relevantes están en agenda?

Un tema puntual es un nuevo Código Penal, porque el actual está desfasado en el tiempo, pues de 1980 a la fecha hay nuevas formas de delinquir o nuevas figuras delictivas que no están contempladas en el actual Código. Por ejemplo en 2002 nos dimos cuenta que la tentativa de secuestro y el secuestro mismo no estaban adecuadamente tipificados en el Código Penal y que la portación de armas es un problema importante en el país. También hay una serie de nuevas figuras que se cometen por la vía cibernética y hasta la terminología misma que se utiliza en otras latitudes no es acorde con la hondureña, sobre todo ahora que queremos la homologación de leyes con países vecinos y que estamos sujetos a tratados internacionales en materia penal. Vamos a integrar una comisión especialísima de diputados versados en el tema, se va a contratar expertos nacionales con la aportación de expertos internacionales para nutrirnos de buenas prácticas y legislación comparada de otros países.

¿Cuál es su relación con el presidente Juan Orlando Hernández?

Muy buena, hemos sido amigos por muchos años, hemos sido compañeros de Cámara por varios periodos. Cuando él fungió como secretario yo era vicepresidente del Congreso y cuando fungió como presidente yo lo hice como vicepresidente y hay una enorme empatía entre los dos.

¿Esa amistad implica sumisión suya con el Ejecutivo?

No, fíjese que él lo sabe bien que soy un hombre con criterio amplio, pero muy firme en mis convicciones y quizás creo que él lo agradece porque ha encontrado en mi persona a alguien que le habla con absoluta y total franqueza. Además tengo una enorme ventaja y es que tengo más años que él, más canas y eso me hace tener la autoridad suficiente para ser sincero en mis apreciaciones.

Recién usted dijo que no se debía satanizar la reelección, ¿podemos interpretar que usted está a favor?

Hay que verlo en retrospectiva. ¿Qué nos llevó a los eventos del 2008?, las ambiciones o las aspiraciones que tuvo Manuel Zelaya de continuar en el poder, pero usó la vía equivocada. Entonces cuando digo que veamos en retrospectiva es porque eso nos llevó a un conflicto, polarizó la nación. Con razón o sin ella, Zelaya dijo que se le limitó su natural derecho a aspirar. Por eso reformamos el artículo 5 constitucional, porque si hay alguien que sea tan popular y tenga el respaldo que dice tener, que haya un espacio para canalizar eso a través de un plebiscito o la figura del referéndum. Como he dicho, la cosa está abierta ahí, pero hay que construir el consenso para lograrlo. Ya la Constitución nos señala un camino para hacerlo.

¿Honduras está lista para la reelección presidencial?

No podría decir que no, ahora que existe en el ambiente, sobre todo en Libre, un deseo de reelección como lo ha manifestado Manuel Zelaya. Por eso si él quiere, que lo ponga en el tapete de la discusión.

¿Si se diese la coyuntura política, usted apoyaría la reelección del Presidente?

En primer lugar, pasaría por un amplio consenso en el Congreso Nacional y si ese consenso resulta favorable, como simple ciudadano tendría que aceptar lo que emana de este poder del Estado.

¿Usted tiene aspiraciones presidenciales?

En el aspecto mediático es un tema de perder-perder, si digo que sí, entonces van a decir tan temprano y ya está usando los fondos de un poder del Estado para hacer campaña, y si digo que no, nadie me lo va a creer. Entonces voy a decir algo: me parece totalmente injusto y discriminatorio que por ser presidente del Congreso Nacional no pudiese aspirar a la Presidencia de la República, no en este caso de Mauricio Oliva, pero cualquier presidente del Congreso tiene derecho a aspirar a la Presidencia como cualquier otro hondureño.

¿Entonces no lo descarta?

Yo soy un servidor de mi partido y voy a ocupar la trinchera que mi partido me señale. Hasta el momento estoy satisfecho con lo que he logrado.

¿Cómo ve la dinámica del Gobierno, cree que anda bien o le falta mucho por hacer?

Algo que ha caracterizado los primeros 120 días de gobierno es el dinamismo personal que el Presidente (Juan Orlando Hernández) tiene y lo otro es el enorme compromiso con el que ha enfrentado los problemas. Han existido casos concretos en los que el Presidente ha demostrado su determinación, su valentía y su arrojo para afrontarlos; creo que hemos tenido enormes logros en seguridad y lo más emblemático es la extradición que manda un enorme mensaje de voluntad política de combatir la delincuencia en el país.

¿Qué tan cierto es que la última reforma a la Ley de Contratación busca allanar el camino para la compra de un nuevo avión presidencial?

No solo eso, la idea salió del diputado David Chávez (PN) y las reformas que se le hicieron a la Ley de Municipalidades son porque había alcaldías que no podían comprar ni una Patrol de segunda mano. Entonces pueden haber insumos de construcción y de cualquier otra área que se pueden adquirir pero, como dice la reforma, en Consejo de Ministros y con las garantías y seguridad técnica de que son productos rentables.

¿Pero los diputados de Libre dicen que lo que se busca es comprar un nuevo avión presidencial?

Libre lo ha llevado al terreno de la seguridad, entonces yo digo cuál es el pecado que negociemos la repotenciación de nuestros aviones, porque no es un secreto que estos aviones ya cumplieron su vida útil. Por qué no comprarle a Brasil aviones de segunda mano, que es el caso de los Tucanos que tienen una autonomía de vuelo de 120 kilómetros y que pueden proteger la integridad territorial, no para atacar a nadie. Además es una decisión soberana del pueblo hondureño, no veo por qué hay que satanizarlo. Los necesitamos y el expresidente Zelaya bien lo sabe porque como lo dijo él anduvo en un avión patas arriba y patas abajo, él sabe cómo están nuestros aviones.

¿Y usted está de acuerdo con que el Presidente se compre un nuevo avión?

Durante los últimos 30 años ha existido un avión para transporte de altos dignatarios y ese avión ya cumplió su vida útil y la última reparación costó más de 300 mil dólares hace dos o tres años y no está en condiciones de vuelo. Necesitamos un transporte no para el Presidente, sino para los altos funcionarios del Estado, llámese presidente del Congreso, presidente de la Corte u otros funcionarios. Eso va a ser para funciones de tipo oficial y no para mandar a los hijos a ver a Shakira a Colombia, no para devaneos en el aire o para ir a compartir con los Tigres del Norte en Monterrey. Es para viajes oficiales y además está en el plano de lo hipotético, primero se necesitaba la reforma de la ley y eso lleva dedicatoria pues es para temas de seguridad nacional.

¿Cómo ve el conflicto en el Golfo de Fonseca, le ha faltado contundencia al Gobierno?

Lo que creo es que debe haber voluntad política de los tres países y Honduras la tiene. Ya días venimos nosotros con una propuesta de una explotación conjunta que sea un tema de ganar-ganar para todos. En el área concreta del Golfo somos ribereños los tres países e incidentes como el que ha sucedido, aislado pero lamentable porque la pérdida de una vida humana es una tragedia y no debe darse. Yo sé que el presidente Hernández está empeñado en lograr eso, la política exterior del país es responsabilidad del Ejecutivo y si hay una instancia que nunca hay que agotar es el diálogo porque en la confrontación perdemos todos. Creo que Honduras ha hecho sentir su protesta e indignación, pero eso no nos debe llevar a niveles de mayor confrontación.