26/04/2024
01:17 PM

Cuatro encantadores destinos hondureños que lo enamorarán

El Lago de Yojoa tiene lugares sorprendentes para disfrutar al máximo.

Santa Cruz de Yojoa, Honduras.

Honduras puede presumir de tener muchas m aravillas naturales, las cuales merecen reconocimiento mundial. Cuatro de ellas están en la zona norte del país, justo en el departamento de Cortés. El Lago de Yojoa, el Parque Nacional Cerro Azul Meámbar ( Panacam), las Cataratas de Pulhapanzak y El Cajón lo enamorarán desde el primer momento.

El Gobierno trabaja para promover la zona del Lago de Yojoa como un distrito turístico que creará 1,500 fuentes de trabajo en cada uno de los municipios que abarca el corredor y generará mayor movimiento económico al ser un polo de desarrollo.

El Lago de Yojoa se encuentra a una distancia aproximada de 160 kilómetros de Tegucigalpa y 90 kilómetros de San Pedro Sula. Es una puerta abierta a la exploración y la aventura, siendo el único lago de origen volcánico de Honduras y la mayor reserva de agua dulce del país. Ofrece más de 100 restaurantes, hoteles, centros de recreación con diversiones acuáticas, y zoológicos.

El verde infinito de los paisajes de Panacam es capaz de conquistar todos sus sentidos. Se levanta como un guardián a un costado del Lago de Yojoa. Este edén es perfecto para descansar y estar en contacto directo con la naturaleza, pues dispone de una área para realizar camping. Cuenta con cabañas que van desde L1,150 a los L1,840. La entrada general para visitantes locales es de L60, y L150 para extranjeros.

Una imponente caída de agua de 43 metros conforma las Cataratas de Pulhapanzak. El sitio tiene todo para hacer sentir cómodo al turista: aventura, adrenalina y diversión. El entretenimiento nocturno está garantizado en el bar del lugar, exclusivo para huéspedes. La fogata y antorchas hacen de la velada una experiencia inolvidable.

La represa El Cajón es considerada la cortina más alta de Centroamérica y la quinta en Latinoamérica en su tipo. Su atracción no solo es en infraestructura, sino la naturaleza que la rodea. Entre sus entrañas atesora un majestuoso sendero.