Tegucigalpa, Honduras.
La canícula terminó y con ello se da paso a la etapa débil del fenómeno de La Niña, condición que se mantendrá hasta marzo del próximo año, según predicciones de expertos en Meteorología.
Francisco Argeñal, meteorólogo del Centro Nacional de Estudios Atmosféricos (Cenaos) de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), explicó que “estamos entrando casi a la fase débil de La Niña, desde mayo tenemos condiciones neutras en el océano Pacífico. La Niña sería débil hasta marzo”.
Vaticinó que las lluvias se elevarán en la primera quincena de agosto principalmente en el corredor seco del país.
Esta categoría del fenómeno climático consiste en que las temperaturas superficiales del Pacífico ecuatorial estarán entre medio a un grado.
Si estas temperaturas están de un grado hasta dos grados, se considera una Niña moderada; y si supera esta temperatura, se califica como un fenómeno fuerte.
Aseguró que un fenómeno de la Niña débil es saludable para la producción agrícola porque hay lluvias y actividad ciclónica; pero en la mayoría de los casos se presentan lejos de las costas.
“El problema que tenemos este año es que el hecho que haya más huracanes en el Caribe nos implica una mayor probabilidad de ser afectados directa o indirectamente”, indicó.
La canícula terminó y con ello se da paso a la etapa débil del fenómeno de La Niña, condición que se mantendrá hasta marzo del próximo año, según predicciones de expertos en Meteorología.
Francisco Argeñal, meteorólogo del Centro Nacional de Estudios Atmosféricos (Cenaos) de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), explicó que “estamos entrando casi a la fase débil de La Niña, desde mayo tenemos condiciones neutras en el océano Pacífico. La Niña sería débil hasta marzo”.
Vaticinó que las lluvias se elevarán en la primera quincena de agosto principalmente en el corredor seco del país.
Esta categoría del fenómeno climático consiste en que las temperaturas superficiales del Pacífico ecuatorial estarán entre medio a un grado.
Si estas temperaturas están de un grado hasta dos grados, se considera una Niña moderada; y si supera esta temperatura, se califica como un fenómeno fuerte.
Aseguró que un fenómeno de la Niña débil es saludable para la producción agrícola porque hay lluvias y actividad ciclónica; pero en la mayoría de los casos se presentan lejos de las costas.
“El problema que tenemos este año es que el hecho que haya más huracanes en el Caribe nos implica una mayor probabilidad de ser afectados directa o indirectamente”, indicó.
Tormentas tropicales
Recordó que se esperan entre 12 a 15 tormentas tropicales en el Atlántico, de las cuales ya se han formado cinco, como la recién pasada Earl. Esta llegó a convertirse en huracán categoría 1 y dejó varios evacuados en el país, y su impactó directo fue en Islas de la Bahía.
En ese sentido, calculó que del resto de las tormentas que faltan, de seis a siete podrían convertirse en huracanes y dos serían intensos.
En cambio, en el Pacífico se espera una actividad ciclónica promedio, donde se forman alrededor de 16 tormentas tropicales.
La tormenta activa en esta zona se llama Ivette.
