San Pedro Sula, Honduras.
El i mpacto por el parto de una niña de 10 años en el Mario Rivas solo ha revelado una cruda verdad: Honduras es el segundo país en Latinoamérica con mayor porcentaje de partos en adolescentes.
Pese a los programas de prevención de embarazos en adolescentes que ha implementado el Gobierno hace más de un año, las estadísticas se mantienen altas. Honduras es el segundo país latinoamericano con más casos, con un 26% del total de partos, solo por debajo de Nicaragua.
Entre el hospital Mario Rivas y el Leonardo Martínez, al mes se registran 500 nacimientos de madres entre los 10 y 19 años de edad.
Cora Laínez, coordinadora de la Clínica de Promoción de Salud del Mario Rivas, indicó que el 20% de los partos en el hospital son de menores de 18 años.
“En el Rivas hay un promedio de 700 partos en general, de los cuales 500 son de mujeres adultas y 200 de menores de edad, de esos el 10% son de niñas entre los 10 y 14 años”, expresó.
En ese centro asistencial en menos de un mes han atendido el parto de una niña de 12 años procedente de Tela, Atlántida, la que dio a luz a principios de mayo, y el de una niña de 10 años hace tres días, habitante de una aldea de Yoro.
“Las cifras no aumentan ni se disminuyen, lo que estamos lamentando es que ahora se están presentando partos de menores que son preadolescentes”, concluyó Laínez.
Efectos
El hospital Leonardo Martínez también regista un importante número de partos y atenciones a menores de edad en estado de gestación.
Se estima que en ese sanatorio el 25% de los 1,200 partos mensuales corresponden a adolescentes.
“Solo en abril registramos el alumbramiento de una niña de 13 años, el resto está en el rango de los 14 a los 19 años; por lo general se les hace cesárea a estas niñas porque se previenen complicaciones físicas para ellas porque a esa edad el cuerpo no está preparado para el parto y se incrementan las posibilidades de muerte para el bebé y la madre”, expresó María Clara Torres, jefa de maternidad del Leonardo.
Torres añadió que, además de los riesgos físicos, una adolescente embarazada tiene consecuencias sicológicas, emocionales y económicas.
“Como hospital estamos obligados a notificar a la Fiscalía de la Niñez todo parto de niñas menores de 14 años para que ellos hagan las investigaciones correspondientes, ya que en estos casos se toma como violación aunque la menor haya estado consciente del acto”, indicó Torres.
Preocupación
Los especialistas aseguran que hay una alarma en la sociedad.
“Los niños están iniciando la actividad sexual cada vez más pequeños y eso aumenta la irresponsabilidad y la posibilidad de embarazos adolescentes, tenemos que educar y hacer conciencia para que esto deje de suceder”, explicó Bismark Espinoza, siquiatra del Rivas.
“El primer lugar en donde se debe dar educación sexual es en la familia, explicar los órganos que un niño tiene, el amor propio, a cuidarse, a saber que su cuerpo es de mucho respeto que nadie debe tocarlo, todo eso forma parte de la educación sexual”, recomendó Ela López, sicóloga infantil.
El i mpacto por el parto de una niña de 10 años en el Mario Rivas solo ha revelado una cruda verdad: Honduras es el segundo país en Latinoamérica con mayor porcentaje de partos en adolescentes.
Pese a los programas de prevención de embarazos en adolescentes que ha implementado el Gobierno hace más de un año, las estadísticas se mantienen altas. Honduras es el segundo país latinoamericano con más casos, con un 26% del total de partos, solo por debajo de Nicaragua.
Entre el hospital Mario Rivas y el Leonardo Martínez, al mes se registran 500 nacimientos de madres entre los 10 y 19 años de edad.
Cora Laínez, coordinadora de la Clínica de Promoción de Salud del Mario Rivas, indicó que el 20% de los partos en el hospital son de menores de 18 años.
“En el Rivas hay un promedio de 700 partos en general, de los cuales 500 son de mujeres adultas y 200 de menores de edad, de esos el 10% son de niñas entre los 10 y 14 años”, expresó.
En ese centro asistencial en menos de un mes han atendido el parto de una niña de 12 años procedente de Tela, Atlántida, la que dio a luz a principios de mayo, y el de una niña de 10 años hace tres días, habitante de una aldea de Yoro.
“Las cifras no aumentan ni se disminuyen, lo que estamos lamentando es que ahora se están presentando partos de menores que son preadolescentes”, concluyó Laínez.
 El 10% de partos en el Rivas son de niñas entre 10 y 14 años
|
El hospital Leonardo Martínez también regista un importante número de partos y atenciones a menores de edad en estado de gestación.
Se estima que en ese sanatorio el 25% de los 1,200 partos mensuales corresponden a adolescentes.
| Consecuencias
Más del 90% de las madres a corta edad abandonan los estudios y terminan como madres solteras y en la pobreza
|
“Solo en abril registramos el alumbramiento de una niña de 13 años, el resto está en el rango de los 14 a los 19 años; por lo general se les hace cesárea a estas niñas porque se previenen complicaciones físicas para ellas porque a esa edad el cuerpo no está preparado para el parto y se incrementan las posibilidades de muerte para el bebé y la madre”, expresó María Clara Torres, jefa de maternidad del Leonardo.
Torres añadió que, además de los riesgos físicos, una adolescente embarazada tiene consecuencias sicológicas, emocionales y económicas.
“Como hospital estamos obligados a notificar a la Fiscalía de la Niñez todo parto de niñas menores de 14 años para que ellos hagan las investigaciones correspondientes, ya que en estos casos se toma como violación aunque la menor haya estado consciente del acto”, indicó Torres.
Preocupación
Los especialistas aseguran que hay una alarma en la sociedad.
“Los niños están iniciando la actividad sexual cada vez más pequeños y eso aumenta la irresponsabilidad y la posibilidad de embarazos adolescentes, tenemos que educar y hacer conciencia para que esto deje de suceder”, explicó Bismark Espinoza, siquiatra del Rivas.
“El primer lugar en donde se debe dar educación sexual es en la familia, explicar los órganos que un niño tiene, el amor propio, a cuidarse, a saber que su cuerpo es de mucho respeto que nadie debe tocarlo, todo eso forma parte de la educación sexual”, recomendó Ela López, sicóloga infantil.
