San Pedro Sula, Honduras.
Vestido con un uniforme de fútbol, el pequeño Alexander Reyes Arriola participó en la conmemoración del 219 aniversario de presencia garífuna en Honduras.
Con orgullo portaba una banda de cartulina con el nombre del jugador David Suazo, su ídolo. Su atuendo, un poco grande para su edad, lo complementó con unas sandalias curtidas y llenas de polvo ante la falta de dinero para comprar un par de tacos.
Vive en la colonia Alfonso Lacayo, es uno de seis hermanos y un reflejo de la realidad de la población garífuna adonde sobresalen grandes figuras como David Suazo; pero también hay niñez necesitada de atención con sueños y esperanzas. Arriola era acompañado con un grupo de niños que representaban a los líderes de los afrodescendientes y que ayer conmemoraban las más de dos décadas de presencia garífuna en el país.
La marcha fue parte de la conmemoración realizada en el norte del país adonde se vivió la cultura, la música y la gastronomía de la etnia. Los representantes de la asociación de afrodescendientes en el Valle de Sula dedicaron la movilización al fallecido Céleo Álvarez Casildo. “No podemos quedarnos llorando en casa, su liderazgo lo formó en las calles y así lo recordaremos”, dijo Humberto Castillo, presidente de Asafrova. “Los afrodescendendientes demandamos atención porque nos sentimos abandonados”, agregó Castillo.
Colón
Las conmemoraciones se realizaron en los departamentos donde hay presencia garífuna. Al ritmo de tambores y danzas propias de esta etnia, estuvo marcada esta celebración en las comunidades de Santa Fe y Sangrelaya en Iriona, Colón.
La conmemoración sirvió para pedir a las autoridades gubernamentales mayor atención a estos pueblos que desde hace décadas vienen demandando mejores condiciones de desarrollo. También la fecha fue propicia para exponer la riqueza cultural propia de esta etnia.
En la comunidad de Santa Fe, los garífunas celebraron con una caminata y un pequeño acto cultural a orillas de la playa. En el municipio de Iriona, la comunidad de Sangralaya fue la anfitriona, con un acto religioso presidido por el obispo de la Diócesis de Trujillo, monseñor Luis Solé Fa, se marcó este acontecimiento.
Vestido con un uniforme de fútbol, el pequeño Alexander Reyes Arriola participó en la conmemoración del 219 aniversario de presencia garífuna en Honduras.
Con orgullo portaba una banda de cartulina con el nombre del jugador David Suazo, su ídolo. Su atuendo, un poco grande para su edad, lo complementó con unas sandalias curtidas y llenas de polvo ante la falta de dinero para comprar un par de tacos.
Vive en la colonia Alfonso Lacayo, es uno de seis hermanos y un reflejo de la realidad de la población garífuna adonde sobresalen grandes figuras como David Suazo; pero también hay niñez necesitada de atención con sueños y esperanzas. Arriola era acompañado con un grupo de niños que representaban a los líderes de los afrodescendientes y que ayer conmemoraban las más de dos décadas de presencia garífuna en el país.
La marcha fue parte de la conmemoración realizada en el norte del país adonde se vivió la cultura, la música y la gastronomía de la etnia. Los representantes de la asociación de afrodescendientes en el Valle de Sula dedicaron la movilización al fallecido Céleo Álvarez Casildo. “No podemos quedarnos llorando en casa, su liderazgo lo formó en las calles y así lo recordaremos”, dijo Humberto Castillo, presidente de Asafrova. “Los afrodescendendientes demandamos atención porque nos sentimos abandonados”, agregó Castillo.
 El pequeño Alexander Reyes Arriola honró a David Suazo.
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Las conmemoraciones se realizaron en los departamentos donde hay presencia garífuna. Al ritmo de tambores y danzas propias de esta etnia, estuvo marcada esta celebración en las comunidades de Santa Fe y Sangrelaya en Iriona, Colón.
La conmemoración sirvió para pedir a las autoridades gubernamentales mayor atención a estos pueblos que desde hace décadas vienen demandando mejores condiciones de desarrollo. También la fecha fue propicia para exponer la riqueza cultural propia de esta etnia.
En la comunidad de Santa Fe, los garífunas celebraron con una caminata y un pequeño acto cultural a orillas de la playa. En el municipio de Iriona, la comunidad de Sangralaya fue la anfitriona, con un acto religioso presidido por el obispo de la Diócesis de Trujillo, monseñor Luis Solé Fa, se marcó este acontecimiento.
