Al ritmo de la tradicional punta, con mucha alegría y coloridos trajes celebraron este martes en el centro de San Pedro Sula el 219 años de la presencia garífuna en Honduras.
La fiesta de su llegada a las costas hondureñas se celebra en medio de un escenario de luto por la muerte de tres estudiantes garífunas en el río Sangrelaya y el fallecimiento repentino del defensor de los derechos de los afrodescendientes Céleo Álvarez.
En algunos pueblos afrodescendientes de las comunidades de Limón, Santa Fe e Iriona en Colón, desde horas de la mañana, iniciaros sus celebraciones, mientras que en La Ceiba fueron suspendidas.
En la comunidad de Sangrelaya en Iriona, ha sido la más concurrida, el obispo de la diócesis de Trujillo, monseñor Luis Solé Fá, preside los actos religiosos que se celebran en esta localidad, en la que también participan autoridades locales.
 En San Pedro Sula la etnia garífuna conmemora los 219 de años de su llegada a las costas hondureñas.
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 Un grupo de mujeres garífunas cantas a sus ancestros.
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Los representantes de la asociación de afrodescendientes en el Valle de Sula dedicaron la movilización de los 219 años de presencia garífuna a Honduras al fallecido Celeo Álvarez Casildo.
'No podemos quedarnos llorando en cada, su liderazgo lo formó en las calles y así lo recordaremos' dijo Humberto Castillo presidente de Asafrova.
A las ocho de la mañana comenzaron un desfile conmemorativo donde participaron centenares de garífunas y centros educativos con sus bandas de guerra.
Los pueblos garífunas demandan más atención del Gobierno porque dicen sentirse abandonados.
 En un atuendo de la comunidad de Sangrelaya se puede leer Garínagú wagia que significa somos garífunas.
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 En la comunidad de Sangrelaya los garífunas celebran su aniversario en Honduras.
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