Tegucigalpa, Honduras.
Un promedio de dos mil lempiras pagaba a Gustavo Adolfo Linares Varela el exjefe de Compras, Materiales y Suministros del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) José Alberto Zelaya Guevara por cada cobro de cheque o “mandado” que le hacía.
Según la autoridad, Linares trató de ofrecerse como testigo para evadir sus responsabilidades y confesó en esas pláticas lo que le pagaban por cada “vuelta”.
Linares laboró como motorista de Guevara y formó parte de la estructura que defraudó al Instituto Hondureño de Seguridad Social. Fue capturado el jueves pasado en la avenida La Paz, de Tegucigalpa, en horas del mediodía y es acusado de lavado de activos.
Para eso, la Unidad Nacional de Apoyo Fiscal cuenta con la documentación pública y bancaria en la que Linares estampó su firma.
La defensa tratará de revertir las pruebas contra el motorista de Zelaya. Considerando las pruebas, el juez dictará un auto de formal procesamiento contra el imputado; o al contrario, el profesional del Derecho podría liberar provisional o definitivamente a Linares.
De abrirse un proceso en su contra, Linares deberá continuar recluido en la Penitenciaría Nacional o trasladado al Primer Batallón de Infantería, según se considere el riesgo que corre su vida por ser una pieza clave dentro de las empresas fantasmas. Su patrón, José Zelaya, sigue prófugo
Empresas
La red que se entramó en el IHSS estuvo en manos de 29 personas, entre ellos los cabecillas, Mario Zelaya (capturado), José Ramón Bertetty (capturado) y José Zelaya Guevara (prófugo), quienes a través de la creación de empresas fantasmas se llevaron L332 millones.
Un promedio de dos mil lempiras pagaba a Gustavo Adolfo Linares Varela el exjefe de Compras, Materiales y Suministros del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) José Alberto Zelaya Guevara por cada cobro de cheque o “mandado” que le hacía.
Según la autoridad, Linares trató de ofrecerse como testigo para evadir sus responsabilidades y confesó en esas pláticas lo que le pagaban por cada “vuelta”.
Linares laboró como motorista de Guevara y formó parte de la estructura que defraudó al Instituto Hondureño de Seguridad Social. Fue capturado el jueves pasado en la avenida La Paz, de Tegucigalpa, en horas del mediodía y es acusado de lavado de activos.
Vea: José Zelaya, una mente brillante que orquestó el saqueo del IHS
Mandados
Según el expediente, el chofer de Zelaya cobró unos 239 cheques, que en total suman unos 35 millones de lempiras. Sin embargo, su participación no se limitaba a eso, también hacía pagos a otros miembros de la organización y mandados simples, como pagar servicios básicos y alquileres de las localidades de las empresas fantasmas.
El delito por el cual es acusado conlleva una pena de 15 a 20 años de prisión, si llega a ser declarado culpable.
Actualmente se encuentra recluido en la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto en Támara. Inmediatamente después de su captura fue presentado ante un juez con jurisdicción nacional que le dictó detención judicial.
La audiencia inicial se programó para el próximo martes primero de marzo a las 9:00 am. En esa oportunidad, los fiscales deberán demostrar al juez los mínimos indicios de la participación de Linares en la acusación que se le imputa.
 Este es uno de los cheques que cobró, según la Fiscalía.
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La defensa tratará de revertir las pruebas contra el motorista de Zelaya. Considerando las pruebas, el juez dictará un auto de formal procesamiento contra el imputado; o al contrario, el profesional del Derecho podría liberar provisional o definitivamente a Linares.
De abrirse un proceso en su contra, Linares deberá continuar recluido en la Penitenciaría Nacional o trasladado al Primer Batallón de Infantería, según se considere el riesgo que corre su vida por ser una pieza clave dentro de las empresas fantasmas. Su patrón, José Zelaya, sigue prófugo
Empresas
La red que se entramó en el IHSS estuvo en manos de 29 personas, entre ellos los cabecillas, Mario Zelaya (capturado), José Ramón Bertetty (capturado) y José Zelaya Guevara (prófugo), quienes a través de la creación de empresas fantasmas se llevaron L332 millones.
