San Pedro Sula, Honduras.
El desarrollo en sectores como El Carmen, Chamelecón y Rivera Hernández está limitado por los trámites engorrosos y la falta de seguridad jurídica en la ciudad.
Aunque la burocracia en los permisos de construcción es un problema de años, hasta ahora se generan efectos negativos de índole insostenible por los graves perjuicios económicos y de desarrollo que causan a la Capital Industrial.
Leonardo Villegas, presidente de la Asociación de Urbanismo y Promotores de Vivienda de Honduras (Asuprovih), dice que más de 30 empresarios del sector construcción que conforman la asociación han echado a andar grandes obras, pero muchos han desistido por tanto proceso engorroso.
“Tenemos el caso de uno de los integrantes que tenía una inversión asegurada por parte de unos americanos para hacer un proyecto por más de $75 millones en el sector El Carmen, pero esas tierras fueron invadidas. Así que los estadounidenses mejor se devolvieron a su país”, cuenta.
Inversiones
Villegas se refiere al Distrito La Arboleda, un complejo habitacional de 1,100 casas y apartamentos dirigidos a personas de clase media alta.
El proyecto también incluía una escuela bilingüe, un moderno hospital y clínica orientado al turismo de salud, un hotel con un amplio centro de convenciones, un centro de negocios y una zona viva.
El monto de inversión que había sido proyectado era de $1,050 millones.
Detalla que en la ciudad hay diez proyectos dirigidos para clase media y baja que no han podido echarse andar porque los inversionistas no cumplen con algún requisito o por las trabas en los permisos.
Estas obras, que suman más de 5 mil casas, representan inversiones de miles de millones de lempiras.
“Estamos hablando de más de 9 mil empleos que se generarían en un solo proyecto sin contar los indirectos”. Agrega que los sectores que se están limitando al desarrollo son la Rivera Hernández, Chamelecón y El Carmen. “Son extensiones de tierra cuyos precios aún son accesibles. Lamentablemente, no tenemos la ayuda municipal, ni gubernamental”.
Harry Panting, empresario e integrante de Asuprovih, enfatiza en que además de los trámites engorrosos, la inseguridad jurídica ahuyenta las inversiones nacionales y extranjeras. “En San Pedro hay muchas tierras que no se desarrollan por estas causas, hay mucho vacío legal”.
Panting informa que hay varios desarrolladores interesados en invertir en proyectos verticales para clase baja que no se hacen realidad por la falta de apoyo de las autoridades.
La Dirección de Urbanismo Municipal, a cargo de Gaby Mahchi, asegura que los trámites para obtener los permisos son expeditos y que dependen de la rapidez con que los urbanizadores entreguen requisitos en debida forma.
El desarrollo en sectores como El Carmen, Chamelecón y Rivera Hernández está limitado por los trámites engorrosos y la falta de seguridad jurídica en la ciudad.
Aunque la burocracia en los permisos de construcción es un problema de años, hasta ahora se generan efectos negativos de índole insostenible por los graves perjuicios económicos y de desarrollo que causan a la Capital Industrial.
Leonardo Villegas, presidente de la Asociación de Urbanismo y Promotores de Vivienda de Honduras (Asuprovih), dice que más de 30 empresarios del sector construcción que conforman la asociación han echado a andar grandes obras, pero muchos han desistido por tanto proceso engorroso.
“Tenemos el caso de uno de los integrantes que tenía una inversión asegurada por parte de unos americanos para hacer un proyecto por más de $75 millones en el sector El Carmen, pero esas tierras fueron invadidas. Así que los estadounidenses mejor se devolvieron a su país”, cuenta.
 Obreros trabajan en Bosques de Jucutuma II.
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Villegas se refiere al Distrito La Arboleda, un complejo habitacional de 1,100 casas y apartamentos dirigidos a personas de clase media alta.
El proyecto también incluía una escuela bilingüe, un moderno hospital y clínica orientado al turismo de salud, un hotel con un amplio centro de convenciones, un centro de negocios y una zona viva.
El monto de inversión que había sido proyectado era de $1,050 millones.
Detalla que en la ciudad hay diez proyectos dirigidos para clase media y baja que no han podido echarse andar porque los inversionistas no cumplen con algún requisito o por las trabas en los permisos.
Estas obras, que suman más de 5 mil casas, representan inversiones de miles de millones de lempiras.
“Estamos hablando de más de 9 mil empleos que se generarían en un solo proyecto sin contar los indirectos”. Agrega que los sectores que se están limitando al desarrollo son la Rivera Hernández, Chamelecón y El Carmen. “Son extensiones de tierra cuyos precios aún son accesibles. Lamentablemente, no tenemos la ayuda municipal, ni gubernamental”.
Harry Panting, empresario e integrante de Asuprovih, enfatiza en que además de los trámites engorrosos, la inseguridad jurídica ahuyenta las inversiones nacionales y extranjeras. “En San Pedro hay muchas tierras que no se desarrollan por estas causas, hay mucho vacío legal”.
Panting informa que hay varios desarrolladores interesados en invertir en proyectos verticales para clase baja que no se hacen realidad por la falta de apoyo de las autoridades.
La Dirección de Urbanismo Municipal, a cargo de Gaby Mahchi, asegura que los trámites para obtener los permisos son expeditos y que dependen de la rapidez con que los urbanizadores entreguen requisitos en debida forma.
