Tegucigalpa, Honduras.
Más de un millón de armas de fuego circulan ilegalmente en Honduras y solo 300,000 unidades están registradas, reveló Leyla Díaz, representante de Small Arms Survey en el marco del taller Control de armas pequeñas y ligeras y prevención de la violencia armada.
Con la presencia de expositores internacionales, la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah) comenzó ayer el taller con la finalidad de diseñar mecanismos para evitar que los hondureños sigan utilizando las armas como la solución de sus conflictos.
Díaz expuso que el control tiene muchos temas que deben conjugarse para que haya un trabajo eficiente, comenzando con tener una ley suficientemente “robusta”.
Small Arms Survey es un proyecto de investigación independiente en el Instituto Universitario de Estudios Internacionales y del Desarrollo en Ginebra, Suiza.
“Después de eso, que venga el fortalecimiento a las diferentes instituciones, iniciando por la Dirección Ejecutiva de Ingresos en su parte de aduanas por el ingreso de los armamentos”, apuntó.
De esa manera, la Policía Nacional en los operativos y registro que tienen a su cargo y continuar con el Ministerio Público por su involucramiento en la dirección de la investigación criminal a través de los laboratorios balísticos. Asimismo, la Corte Suprema de Justicia en su rol de impartir justicia cuando un arma de fuego está involucrada y especificar adónde quedará este aparato.
“En los países de la región, una vez haya sentencia esa arma debe ser destruida para que no vuelva a la circulación. En Honduras hay esa falencia”, lamentó.
Díaz señaló que Honduras tiene algunas prácticas, pero no son suficientes. “El desafío es continuar con ese fortalecimiento de manera que podamos dar una contribución más certera al tema de seguridad y reducir la cantidad de homicidios que se dan por armas de fuego”.
Según el Observatorio de la Violencia de la Unah, más del 80% de los homicidios en el país fueron ocasionados con armas de fuego.
En un estudio de 2013 se señala que entre 1975 y 2012 se vendieron en el país un promedio de 180,000 armas de fuego, sumando que el presupuesto para la compra de estos aparatos ha ido en aumento.
Más de un millón de armas de fuego circulan ilegalmente en Honduras y solo 300,000 unidades están registradas, reveló Leyla Díaz, representante de Small Arms Survey en el marco del taller Control de armas pequeñas y ligeras y prevención de la violencia armada.
Con la presencia de expositores internacionales, la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah) comenzó ayer el taller con la finalidad de diseñar mecanismos para evitar que los hondureños sigan utilizando las armas como la solución de sus conflictos.
Díaz expuso que el control tiene muchos temas que deben conjugarse para que haya un trabajo eficiente, comenzando con tener una ley suficientemente “robusta”.
Small Arms Survey es un proyecto de investigación independiente en el Instituto Universitario de Estudios Internacionales y del Desarrollo en Ginebra, Suiza.
“Después de eso, que venga el fortalecimiento a las diferentes instituciones, iniciando por la Dirección Ejecutiva de Ingresos en su parte de aduanas por el ingreso de los armamentos”, apuntó.
De esa manera, la Policía Nacional en los operativos y registro que tienen a su cargo y continuar con el Ministerio Público por su involucramiento en la dirección de la investigación criminal a través de los laboratorios balísticos. Asimismo, la Corte Suprema de Justicia en su rol de impartir justicia cuando un arma de fuego está involucrada y especificar adónde quedará este aparato.
“En los países de la región, una vez haya sentencia esa arma debe ser destruida para que no vuelva a la circulación. En Honduras hay esa falencia”, lamentó.
Díaz señaló que Honduras tiene algunas prácticas, pero no son suficientes. “El desafío es continuar con ese fortalecimiento de manera que podamos dar una contribución más certera al tema de seguridad y reducir la cantidad de homicidios que se dan por armas de fuego”.
Según el Observatorio de la Violencia de la Unah, más del 80% de los homicidios en el país fueron ocasionados con armas de fuego.
En un estudio de 2013 se señala que entre 1975 y 2012 se vendieron en el país un promedio de 180,000 armas de fuego, sumando que el presupuesto para la compra de estos aparatos ha ido en aumento.
