La Paz, Honduras.
El sueño del pequeño Anwar Daniel Murillo Cordón es ser médico especialista y curar a los niños que padecen de cáncer.
Quién no recuerda a este inteligente niño que el año pasado engalanó los desfiles patrios de la ciudad de La Paz, de donde es originario, vestido de indio, con sus muletas y sin ningún temor aunque tenía una sola pierna. Ya ha pasado casi un año y su vida ha cambiado.
“Quiero ser médico para ayudar a los niños con cáncer porque muchos tienen esta enfermedad y ayudar a mi compadre, el doctor Armando Peña, para que juntos y con Diosito curemos a todos los niños”, expresó Anwar Daniel, a quien antes de cumplir tres años le diagnosticaron sarcoma de Ewing, un tipo de cáncer de los huesos.
Comienza su lucha
Danubia Cordón, madre del niño, contó que su hijo a la edad de dos años comenzó a tener dolores en los huesos. “Él jugaba y decía que se sentía cansado, que le dolía la piernita, se acostaba y se dormía. Cuando salíamos me decía que lo chineara porque estaba cansado de caminar. Yo le decía ‘camine, no sea haragán’, pero él me decía que ya no podía.
Lo tuvimos interno varios días y me dijeron que no era nada grave porque se logró recuperar, pero a los meses recayó y lo tuve que llevar a Comayagua. Ahí, después de varios estudios y exámenes se descubrió que tenía cáncer y lo remitieron a la sala de Oncología del Hospital Escuela”, dijo.
Anwar Daniel se sometió a quimioterapias y en ese proceso desarrolló varias infecciones que estuvieron a punto de causarle la muerte, pero su madre y su familia no perdieron la fe en el Todopoderoso.
Actualmente, el pequeño va a evaluaciones cada tres meses y es sometido a exámenes; afortunadamente, el cáncer no ha vuelto.
El sueño del pequeño Anwar Daniel Murillo Cordón es ser médico especialista y curar a los niños que padecen de cáncer.
Quién no recuerda a este inteligente niño que el año pasado engalanó los desfiles patrios de la ciudad de La Paz, de donde es originario, vestido de indio, con sus muletas y sin ningún temor aunque tenía una sola pierna. Ya ha pasado casi un año y su vida ha cambiado.
“Quiero ser médico para ayudar a los niños con cáncer porque muchos tienen esta enfermedad y ayudar a mi compadre, el doctor Armando Peña, para que juntos y con Diosito curemos a todos los niños”, expresó Anwar Daniel, a quien antes de cumplir tres años le diagnosticaron sarcoma de Ewing, un tipo de cáncer de los huesos.
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El doctor Armando Peña es el oncólogo que trata a Anwar Daniel, el guerrero de la vida que enamora con su sonrisa.
Los médicos le amputaron la pierna derecha, ya que el cáncer avanzó rápido.
Su historia se hizo conocida a raíz del 15 de septiembre; meses después, la Fundación para el Niño con Cáncer le donó una prótesis, con la que puede caminar para ir al primer grado sin necesidad de muletas.
| Danubia Cordón, madre de Anwar, ora todos los días para que su hijo sea sanado del cáncer.
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Danubia Cordón, madre del niño, contó que su hijo a la edad de dos años comenzó a tener dolores en los huesos. “Él jugaba y decía que se sentía cansado, que le dolía la piernita, se acostaba y se dormía. Cuando salíamos me decía que lo chineara porque estaba cansado de caminar. Yo le decía ‘camine, no sea haragán’, pero él me decía que ya no podía.
Lo tuvimos interno varios días y me dijeron que no era nada grave porque se logró recuperar, pero a los meses recayó y lo tuve que llevar a Comayagua. Ahí, después de varios estudios y exámenes se descubrió que tenía cáncer y lo remitieron a la sala de Oncología del Hospital Escuela”, dijo.
Anwar Daniel se sometió a quimioterapias y en ese proceso desarrolló varias infecciones que estuvieron a punto de causarle la muerte, pero su madre y su familia no perdieron la fe en el Todopoderoso.
Actualmente, el pequeño va a evaluaciones cada tres meses y es sometido a exámenes; afortunadamente, el cáncer no ha vuelto.
