Tegucigalpa, Honduras.
Compras sobrevaloradas de propiedades, millonarias contrataciones de servicios jurídicos y de seguridad privada sin licitación, irregulares inversiones inmobiliarias y otorgamiento viciado de préstamos son, entre otros, los principales hallazgos en el Instituto de Previsión Social de los Empleados de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Inpreunah).
Este ente previsional fue intervenido desde la semana anterior por una comisión tripartita nombrada por el Poder Ejecutivo con el fin de corregir las malas prácticas administrativas y la corrupción que han imperado en lo interno y que llevaron a acumular un déficit actuarial de 11,534 millones de lempiras.
La caótica situación financiera del Inpreunah es una copia al carbón de las anomalías que atravesaron otros organismos previsionales como el Instituto de Previsión del Magisterio (Inprema), el Instituto de Jubilaciones y Pensiones de los Empleados Públicos (Injupemp) y últimamente el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS).
En sus primeras medidas, la junta sustituyó al comité ejecutivo y la gerente general, comenzó una exhaustiva evaluación del personal del ente y adoptó algunas medidas administrativas para corregir el rumbo del organismo.
Acciones
El interventor Juan Carlos Ramírez confesó a LA PRENSA que en sus primeras diligencias se encontraron con un “verdadero desastre administrativo” debido a la pésima gestión, las malas prácticas financieras y el contubernio prevaleciente entre los empleados y las juntas directivas.
Manifestó que financiera y administrativamente la institución se “manejó como una chiclera” y en consecuencia “es un milagro divino” que haya sobrevivido al saqueo y las malas prácticas de sus directivos.
“En estos primeros días, las valoraciones que ha hecho la junta interventora están más relacionadas con el ambiente administrativo, la situación financiera y actuarial del instituto y lo que hemos encontrado es que no hay ningún proceso administrativo que conlleve a una buena administración; es decir que no ha habido buenas prácticas de una gestión sana”.
Los hallazgos
Un examen especial en el Inpreunah reveló la suscripción de un contrato por servicios legales por un millón de lempiras para una gestión de recuperación de la mora de la Unah, que resultó innecesaria porque había un compromiso de pago de la alma máter.
Entre 2009 y 2010 se compraron lotes fúnebres sobrevalorados en más de 59,000 lempiras cada uno, encontrándose que otro instituto de previsión hizo la misma operación con un año de diferencia a un valor de 17,000 lempiras; es decir que hubo un sobrepago de 42 millones en perjuicio de la institución.
También se invirtieron L66 millones en el fracasado proyecto habitacional Lomas del Perú, en La Ceiba, Atlántida, donde solo se han podido vender 79 lotes de los 437 que componen la urbanización.
“Nuestro propósito es estabilizar el Inpreunah porque tiene una situación actuarial bastante precaria.
Es incierta la perpetuidad del sistema y las reservas matemáticas se agotan en 2024. Prácticamente el sistema se muere y no tendría reservas para poder sostenerlo”, advirtió Ramírez.
Compras sobrevaloradas de propiedades, millonarias contrataciones de servicios jurídicos y de seguridad privada sin licitación, irregulares inversiones inmobiliarias y otorgamiento viciado de préstamos son, entre otros, los principales hallazgos en el Instituto de Previsión Social de los Empleados de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Inpreunah).
Este ente previsional fue intervenido desde la semana anterior por una comisión tripartita nombrada por el Poder Ejecutivo con el fin de corregir las malas prácticas administrativas y la corrupción que han imperado en lo interno y que llevaron a acumular un déficit actuarial de 11,534 millones de lempiras.
La caótica situación financiera del Inpreunah es una copia al carbón de las anomalías que atravesaron otros organismos previsionales como el Instituto de Previsión del Magisterio (Inprema), el Instituto de Jubilaciones y Pensiones de los Empleados Públicos (Injupemp) y últimamente el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS).
En sus primeras medidas, la junta sustituyó al comité ejecutivo y la gerente general, comenzó una exhaustiva evaluación del personal del ente y adoptó algunas medidas administrativas para corregir el rumbo del organismo.
Acciones
El interventor Juan Carlos Ramírez confesó a LA PRENSA que en sus primeras diligencias se encontraron con un “verdadero desastre administrativo” debido a la pésima gestión, las malas prácticas financieras y el contubernio prevaleciente entre los empleados y las juntas directivas.
Manifestó que financiera y administrativamente la institución se “manejó como una chiclera” y en consecuencia “es un milagro divino” que haya sobrevivido al saqueo y las malas prácticas de sus directivos.
“En estos primeros días, las valoraciones que ha hecho la junta interventora están más relacionadas con el ambiente administrativo, la situación financiera y actuarial del instituto y lo que hemos encontrado es que no hay ningún proceso administrativo que conlleve a una buena administración; es decir que no ha habido buenas prácticas de una gestión sana”.
Los hallazgos
Un examen especial en el Inpreunah reveló la suscripción de un contrato por servicios legales por un millón de lempiras para una gestión de recuperación de la mora de la Unah, que resultó innecesaria porque había un compromiso de pago de la alma máter.
Entre 2009 y 2010 se compraron lotes fúnebres sobrevalorados en más de 59,000 lempiras cada uno, encontrándose que otro instituto de previsión hizo la misma operación con un año de diferencia a un valor de 17,000 lempiras; es decir que hubo un sobrepago de 42 millones en perjuicio de la institución.
También se invirtieron L66 millones en el fracasado proyecto habitacional Lomas del Perú, en La Ceiba, Atlántida, donde solo se han podido vender 79 lotes de los 437 que componen la urbanización.
“Nuestro propósito es estabilizar el Inpreunah porque tiene una situación actuarial bastante precaria.
Es incierta la perpetuidad del sistema y las reservas matemáticas se agotan en 2024. Prácticamente el sistema se muere y no tendría reservas para poder sostenerlo”, advirtió Ramírez.
