Alejandra Fuentes es hija de un mujer de la tercera edad que se rehusó a participar en la entrevista. Ella no se acuerda de su padre porque él abandonó el hogar cuando se enteró de que la bebé que había concebido con su esposa tenía síndrome de Down.
Alejandra es una joven de 18 años, quien pese a no haber tenido tratamiento los primeros ocho años de su vida ha avanzado mucho desde que llegó a la fundación Integrar, donde le han dado todas las terapias, educación y motivación que necesita.
“Quiero ser maestra y enseñarles de todo a los niños que vienen aquí”, expresa Alejandra.
Ella es amante de las obras teatrales y participó en el musical Cat’s que se realizó a beneficio de la fundación. Además de ser alumna de Integrar, la joven ayuda a las maestras en las terapias físicas. “Me gusta estar con los niños, jugar con ellos y enseñarles a estudiar. Es lo que quiero hacer siempre”, dice Alejandra.
Victoria Sánchez, administradora de la fundación Integrar, asegura que la joven es un gran apoyo. “Ella ayuda a las maestras con los pequeños. Hay casos en que no podemos controlar algún alumno y ella lo ha logrado. Ella es muy entusiasta y la espera un buen futuro”.
Carencias
Alejandra y su madre viven en uno de los bordos más peligrosos de San Pedro Sula, pero a eso hay que añadirle que su casa está a punto de desmoronarse.
“Cuando nos dimos cuenta de cómo vivía la niña y su mamá nos preocupamos y empleamos a la señora para la limpieza del centro. Esto lo hicimos con dos objetivos: para ayudarles económicamente y asegurar que la niña siguiera viniendo a la fundación a recibir tratamiento”, explica Sánchez.
Los problemas son interminables para Alejandra. Su madre sufre artritis reumatoide, que dentro de poco le impedirá trabajar.
Las voluntarias de la fundación consiguieron los bloques para construirle una pequeña casa a la familia, pero no tienen fondos para la mano de obra y otros materiales. Si desea ayudar a Alejandra, puede llamar a la fundación al 2565-0718.
