Las 12 campanadas de la iglesia son la señal de que la cena navideña debe servirse en los hogares de las familias del occidente del país, cuya tradición es servir cerdita horneada, tamales o ticucos y una ensalada picante.
En el occidente de Honduras, la cerdita horneada artesanalmente es la protagonista de la velada.
Esa tradición ha traspasado fronteras y se ha convertido en uno de los regalos navideños más buscados.
Doris Olimpia Alvarado es prácticamente la sucesora de la ya fallecida “madre de la chanchita horneada”, doña Olimpia Alvarado de Erazo, y se encarga del legado que le dejó su abuela, horneando entre 200 y 400 cerditas en la víspera de Navidad.
Para hornear una cerditas se tardan cuatro horas, pero su preparación lleva varios días, desde que se compran los lechones que no deben tener más de tres meses hasta la condimentación, que tarda 12 horas, el horneado y el empaquetado. Para ordenar cerditas llame al 2662-1196.
Cerditas de exportación
La nieta de doña Olimpia -fallecida hace un año- dijo que las cerditas empiezan a ser solicitadas cuatro días antes de Nochebuena y también para la celebración del Año Nuevo.
Además de ser el plato principal en la cena navideña en los hogares del occidente, la cerdita horneada se ha convertido en un regalo familiar.
“Tenemos pedidos de otros países; ahora buscan las cerditas para regalar. Hace dos días enviamos 30 cerditos a México, donde tenemos un cliente que cada año hace el pedido para regalarles a sus empleados en una fábrica”, contó.
La entrevistada relató que también se hacen pedidos de países como Estados Unidos, Guatemala, El Salvador y Nicaragua.
“Hemos mandado cerditas incluso a Costa Rica. Esto lo hacemos con familiares de ellos aquí en Honduras o con otros intermediarios que ya saben que pasadas las 24 horas del horneado deben refrigerar el cerdito”.
Doris aseguró que a pesar de que “mi abuela ya no está con nosotros físicamente, nos dejó esta enorme herencia y procuramos darle a la gente el mismo sazón porque lo hacemos con la dedicación y el amor con que ella lo hacía”.
El costo de cada lechón horneado anda entre 1,500 y 3,000 lempiras.
Otras tradiciones
La cerdita horneada es tan buscada en el occidente que cada día más personas la preparan, así como los ticucos y los deliciosos tamales de cerdo o pollo.
Es el caso de Carlos Méndez, quien deja sus labores como relacionista de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) para dedicarse a la producción de nacatamales. Méndez aseguró que durante la época navideña recibe pedidos de personas que quieren obsequiar o consumir tamales.
Los tamales de cerdo, es decir los que llevan pasas, alcaparras, aceitunas y otros cocinados en hojas de plátanos, son vendidos entre 10 y 12 lempiras cada uno.
