Cuadros vivos representados por jóvenes que durante tres meses se prepararon, destacaron ayer en la procesión del viacrucis en la capital.
A las 9:00 am inició la procesión desde la iglesia catedral San Miguel Arcángel.
Cientos de personas se aglomeraron tanto en la catedral, como en la iglesia El Calvario, puntos donde se concentró la feligresía para participar en el recorrido de las 14 estaciones del viacrucis, que mostró los momentos más representativos vividos por Jesús, desde su detención en el Huerto de los Olivos hasta el momento de su crucifixión en el monte Gólgota.
Día solemne
El Viernes Santo representa, según la liturgia, el martirio y triunfo de Cristo en lugar de la muerte de Cristo. Es el día que se recuerda el viacrucis que Jesús tuvo que recorrer llevando sobre sus hombros el madero en el cual iba a ser crucificado, además de su muerte en la cruz y su sepultura.
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Fue una manifestación de fe, de entrega y de meditación al revivir la pasión y muerte de Jesús.
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Las procesiones fueron concurridas, tanto en el centro de Tegucigalpa, en la Basílica de Suyapa y Comayagüela. Fue notoria la presencia de hombres, mujeres y niños que llegaron para ser parte de las procesiones del viacrucis, como del Santo Entierro.
Se recorrieron calles de barrios populosos del centro de Comayagüela, como el Perpetuo Socorro, El Calvario y Villa Adela.
Como cada Viernes Santo, la Iglesia católica recuerda la pasión y muerte de Jesús por la salvación. Fue una representación muy realista, que caló en los feligreses, muchos se conmovieron al recordar el dolor y sufrimiento por el paso de la cruz que realizó Jesucristo y todos los personajes de la pasión.
“Cristo es el primer mártir. Hoy (ayer) viernes ya es Pascua. Celebramos el primer acto de la Pascua con la mirada puesta en la resurrección. El Jesús muerto en la cruz va a resucitar. Escuchamos el relato de su pasión y hoy nos reuniremos para la vigilia pascual y celebrar la resurección”, dijo en su mensaje el cardenal Óscar Andrés Rodríguez.
El jerarca de la iglesia afirmó que Jesús nos quiere hacer pasar a la vida nueva, a la vida del resucitado y que eso es lo que da sentido para siempre al sufrimiento humano. “Pascua es muerte y es victoria a la vez. Aceptemos con amor nuestras propias cruces de cada día, porque solo así seremos discípulos del Señor”, apuntó.
Hubo cantos, oraciones, peticiones por salud, por la paz y por el bienestar de los hondureños. Fue un recorrido donde se desbordó la fe.
Los feligreses se volcaron y apreciarion los cuadros vivos que caracterizaron los jóvenes católicos.
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La avenida Cervantes mostró su esplendor, abundaron las manos de capitalinos para crear las coloridas alfombras que a lo largo de 800 metros de longitud se extendió por el centro histórico de Tegucigalpa. Desde la noche se trabajó intensamente para plasmar con detalle las imágenes religiosas que adornaron el recorrido de la procesión del Santo Entierro.
Viernes Santo
Para la feligresía constituye el núcleo central de la Semana Santa, porque es el día en que murió por nosotros en la cruz y fuimos redimidos de nuestros pecados por la muerte voluntaria de Dios mismo en las manos del hombre.
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Los niños también se sumaron a este acto de fe y participaron en las procesiones.
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Hubo colorido con las vistosas alfombras que se elaboraron. Fotos: Andro Rodríguez
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Un viacrucis que nos recuerda el dolor de los migrantes
El padre Carlo Magno Núnez dedicó varias de las estaciones del viacrucis para los migrantes hondureños que partieron buscando un mejor futuro.
Fue en la sexta estación, que el párroco de la Basílica Menor Nuestra Señora de Suyapa dijo: “Jesús ha querido que encontremos en el dolor de los migrantes y la angustia de los mismos refugiados, el sentido de la vida. Jesús fue refugiado en Egipto de pequeño y también sintió los pasos de quienes ayer y hoy persiguen a los que han perdido todo y sienten como se cierran las fronteras”, señaló. |