Tegucigalpa, Honduras.
Tras el reclamo hecho por Honduras debido a la contaminación que dejan en las costas los desechos provenientes de Guatemala, las autoridades guatemaltecas afirmaron que será hasta mayo de 2018 cuando podrán frenar el flujo de desperdicios arrastrados por el río Motagua.
El Gobierno hondureño conformó el lunes pasado, por orden del presidente Juan Orlando Hernández, una nueva fuerza de tarea para buscar soluciones al problema.
Una comisión, parte de dicha fuerza de tarea, viajó ayer a Guatemala para reunirse con autoridades guatemaltecas y hacerles el reclamo por el daño ambiental y económico sufrido por la basura que llega desde el vecino país.
El
ministro de la Presidencia, Ricardo Cardona, fue nombrado como coordinador del equipo de trabajo interinstitucional y anunció que ayer la comisión hondureña viajó a Guatemala para “presentar el debido reclamo de parte de Honduras y llegar a un acuerdo inmediato”. La comisión hondureña iba encabezada por José Antonio Galdámez, titular de la Secretaría de Energía, Recursos Naturales, Ambiente y Minas (MiAmbiente), y otros dos altos funcionarios.
Promesa
Tras la reunión, Sydney Samuels Milson, ministro de Ambiente y Recursos Naturales de Guatemala, explicó ayer, consultado por medios hondureños, que “nosotros ya hemos empezado a trabajar. Desde mayo de 2016 instalamos una biobarda de tipo artesanal que ha estado reteniendo los desechos sólidos de manera parcial. Cuando vienen las avalanchas de invierno debemos quitar la biobarda porque no soporta y mandamos a la gente a limpiar las playas”.
El funcionario guatemalteco agregó que aunque las autoridades
hondureñas piden una solución definitiva en meses eso “les resulta imposible”.
“La segunda etapa es el proceso de licitación para detener los desechos completamente. La obra cuesta dos millones de dólares y se adjudicará en enero, y será en febrero del próximo año cuando comenzará la construcción de una ‘ trampa de desechos’ y en julio de 2018 esto estará terminado”, afirmó.
El Gobierno de Honduras reiteró ayer que si el problema continúa exigirá una indemnización a Guatemala por la contaminación que llega desde ese país a sitios turísticos del país como Omoa, Cortés, Islas de la Bahía y Cayos Cochinos, que han sido atestadas de desperdicios arrastrados por el río Motagua.
Tras el reclamo hecho por Honduras debido a la contaminación que dejan en las costas los desechos provenientes de Guatemala, las autoridades guatemaltecas afirmaron que será hasta mayo de 2018 cuando podrán frenar el flujo de desperdicios arrastrados por el río Motagua.
El Gobierno hondureño conformó el lunes pasado, por orden del presidente Juan Orlando Hernández, una nueva fuerza de tarea para buscar soluciones al problema.
Una comisión, parte de dicha fuerza de tarea, viajó ayer a Guatemala para reunirse con autoridades guatemaltecas y hacerles el reclamo por el daño ambiental y económico sufrido por la basura que llega desde el vecino país.
 Ayer, el Gobierno de Honduras pidió una indemnización a las autoridades guatemaltecas por el daño causado.
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Promesa
Tras la reunión, Sydney Samuels Milson, ministro de Ambiente y Recursos Naturales de Guatemala, explicó ayer, consultado por medios hondureños, que “nosotros ya hemos empezado a trabajar. Desde mayo de 2016 instalamos una biobarda de tipo artesanal que ha estado reteniendo los desechos sólidos de manera parcial. Cuando vienen las avalanchas de invierno debemos quitar la biobarda porque no soporta y mandamos a la gente a limpiar las playas”.
 Los desperdicios que llegan desde Guatemala a las costas hondureñas han dejado al país un daño ambiental y económico tan grande que es imposible cuantificar.
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“La segunda etapa es el proceso de licitación para detener los desechos completamente. La obra cuesta dos millones de dólares y se adjudicará en enero, y será en febrero del próximo año cuando comenzará la construcción de una ‘ trampa de desechos’ y en julio de 2018 esto estará terminado”, afirmó.
El Gobierno de Honduras reiteró ayer que si el problema continúa exigirá una indemnización a Guatemala por la contaminación que llega desde ese país a sitios turísticos del país como Omoa, Cortés, Islas de la Bahía y Cayos Cochinos, que han sido atestadas de desperdicios arrastrados por el río Motagua.
 Para mayo de 2019, los 27 municipios que depositan sus aguas al río Motagua deben tener plantas de tratamiento de aguas residuales para evitar el problema de basura.
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