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Hernández anuncia el cierre de la cárcel de Santa Bárbara como parte de la reforma penitenciaria

  • 14 octubre 2017 /

El centro penal de Santa Bárbara fue construido en 1930 y alberga a unos 600 presos.

Tegucigalpa, Honduras.

El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, anunció hoy el cierre de una cárcel en el occidente del país, la segunda que se clausurará tras la de San Pedro Sula, en el marco de una reforma penitenciaria que 'avanza' y busca, entre otros, sacar esos recintos de las zonas urbanas.

En una nota de prensa divulgada este sábado por la Casa Presidencial, Hernández dijo que la prisión del departamento de Santa Bárbara cerrará sus puertas, sin precisar una fecha, como parte de un 'compromiso' con la población de ese departamento occidental.

El centro penal de Santa Bárbara fue construido en 1930 y alberga a unos 600 presos, de acuerdo a la información disponible.

Hernández indicó que los otros centros penales que están en las zonas urbanas también serán clausurados como parte de la construcción de 'un nuevo país' y 'una nueva Honduras'.

'Hemos avanzado como nunca. El tema de seguridad es de todos los días, a cada hora, a cada minuto; no se puede descuidar por obtener la baja hasta en cero la tasa de homicidios', subrayó el mandatario en la nota oficial.

El gobernante hondureño dijo que la población debe exigir a las autoridades locales un compromiso y voluntad política del 'por qué no se actuaba' en materia penitenciaria y de seguridad.

'Yo todavía no puedo entender cómo hay gente que quieren que se cierren' las dos cárceles de máxima seguridad, construidas este año en Santa Bárbara y El Porvenir, oriente del país, expresó.

En esas nuevas instalaciones los reos están aislados y no se les permite ningún tipo de visitas, excepto de sus defensas cuando el caso lo amerite, para que 'no hagan daño' a la población, dijo.

Hernández aseguró que el proceso de construcción del nuevo sistema penitenciario 'se consolida, pero son evidentes los avances que se han logrado'.

Dijo además que con el traslado el pasado viernes de los últimos 941 reos que permanecían en el centro penal de San Pedro Sula, norte del país, se ha logrado una reducción en los índices de homicidios en esa ciudad.

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Según autoridades de Honduras, el 80 % de los crímenes son ordenados por pandilleros recluidos en cárceles, y ahora estos están en cárceles de máxima seguridad, aislados e incomunicados.

'No podemos pensar de que porque vamos a cerrar el año con un índice de 40 muertes por cada 100.000 habitantes es suficiente; tenemos que trabajar para alcanzar estándares de alta calidad como un país de primer mundo', añadió Hernández en la nota oficial.

Aseguró que todo ciudadano que delinque será enjuiciado y cumplirá su pena, si se requiere, en un centro de máxima seguridad totalmente aislado.

Anunció que los reos que sean recluidos en el nuevo módulo de seguridad construido en la Penitenciaria Nacional, la principal cárcel del país, ubicada al norte de Tegucigalpa, estarán 'aislados' pero tendrán que trabajar y aprender un oficio para cuando salgan en libertad puedan trabajar.

Hernández dijo el viernes pasado que los edificios donde funcionó durante más de 60 años el centro penal de San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante de Honduras, serán 'demolidos', e invitó a los sampedranos a participar en una consulta para saber qué quieren que se construya en ese lugar.

El sistema penitenciario de Honduras, compuesto por una treintena de cárceles, alberga a 17.712 presos, cuando su capacidad máxima es de 8.000, y menos de la mitad de los reclusos han sido sentenciados, según cifras oficiales. Texto y foto de EFE.