Tegucigalpa, Honduras.
El atentado contra el pastor Jorge Machado, asesor de la Comisión Especial para el Proceso de Depuración de la Policía Nacional, donde perdió la vida Geovanny Calderón Tercero, agente de la Policía Militar, ha recibido el repudio y condena de todos los sectores.
Diversos sectores de la sociedad nacional e internacional se han pronunciado sobre el acto criminal y solicitan a las autoridades que se investigue para determinar quiénes son los autores materiales e intelectuales y que se pongan a disposición de los operadores de justicia.
La Federación de Organizaciones no Gubernamentales para el Desarrollo de Honduras (Foprideh) se solidarizó con el pastor Jorge Machado y su familia y lamenta la muerte del agente. Demandó una pronta investigación del hecho criminal.
Cómo fue.
El agente Calderón Tercero fue atacado a balazos por personas encapuchadas y fuertemente armadas en el momento en que llegaba a la residencia de Machado a las 8:00 pm junto a Ricardo Mendoza Chavarría, como escoltas de seguridad del asesor de la Comisión.
El atentado se registró en una de las calles principales de la colonia Modelo, al sur de la capital, minutos después de que Machado participara en una reunión de trabajo con la Comisión de Depuración, en donde se anunció la cancelación de 419 miembros de la institución policial.
Los responsables del acto criminal se transportaban en una camioneta oscura y de pronto empezaron a disparar en contra de los policías militares infiriéndole un balazo en la vena yugular a Geovanny Calderón lo que le quitó la vida, pues gravemente herido fue trasladado al Hospital Militar, adonde expiró.
Mientras que Ricardo Mendoza Chavarría recibió siete heridas de arma de fuego, por lo que fue llevado a un centro asistencial en donde se encuentra en proceso de recuperación. En tanto, el pastor Jorge Machado y su esposa resultaron ilesos del mortal ataque debido a que hacía pocos minutos habían ingresado a la residencia.
Informes preliminares establecen que los delincuentes transitaban por el lugar y empezaron a disparar en reiteradas ocasiones y luego huyeron.
En la escena del crimen se recogieron varios casquillos de armas automáticas.
Mientras que la camioneta en el que se transportaban los dos agentes tenía en su interior rastros de sangre, al ser revisado por los agentes de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), que llegaron al lugar del atentado para levantar evidencias.