La Policía Nacional de Honduras decomisó este viernes varias llantas, gasolina, bombas molotov y morteros de alto poder a los familiares y amigos de los internos durante una protesta registrada en las afueras de la cárcel de máxima seguridad en Ilama, Santa Bárbara, mejor conocida como 'El Pozo'.
Durante la protesta se generaron disturbios a la altura del municipio de Chinda pues la Policía no les permitió llegar hasta la cárcel de máxima seguridad.
Los manifestantes aseguran que hicieron recolectas para financiar el pago de 13 buses que los trajeron desde Chamelecón, Rivera Hernández y La Lima.
'Solo queremos llegar, pero si no nos dejan les vamos a meter fuego', gritaban algunos de los manifestantes.
La Dirección Policial de Investigaciones (DPI) sostiene que al menos diez buses llegaron cargados de personas hasta el municipio de Ilama.
El equipo antimotines estaba preparado desde temprano para repeler la manifestación que pretendía violentar la libre circulación de personas y vehículos.
Los protestantes tiraron trozos de madera a la calle y les prendieron fuego para impedir la circulación de personas y carros.
La orden de enviar a 'El Pozo' a los primeros 37 reos peligrosos la dio el presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, quien dijo el pasado 19 de septiembre que la decisión se enmarca en la reforma integral del sistema penitenciario del país compuesto por 25 centros.
 Los familiares se quejan por supuestos malos tratos en contra de los internos, sin embargo, las autoridades dicen que la cárcel está certificada y que se respetan los derechos humanos.
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 Los familiares exigen ver a sus parientes que se encuentran privados de libertad.
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Protestas
Las protestas de los internos no se hicieron esperar y hasta realizaron una huelga de hambre.
'Queremos hablar con el director, esto es un infierno” y “Hace calor hermano, hace mucho calor, sáquennos de aquí”, dijo uno de los reos durante las primeras 48 horas en las nuevas celdas.
Las cárceles de Honduras son deprimentes, pero para algunos de los reos más peligrosos y con poder económico han sido un verdadero paraíso gracias a que han contado, desde hace mucho tiempo, con la complicidad de autoridades de un sistema penitenciario corrupto.
Los reos peligrosos y con mucho dinero han sido la autoridad real en el interior de las cárceles, donde durante mucho tiempo la única ley que ha imperado ha sido la de ellos, según han reconocido en su momento funcionarios de Gobierno y del Poder Judicial.
 Un elemento de la Policía frente a los manifestantes en Ilama, Santa Bárbara.
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| Los manifestantes exigen al Gobierno respeto a los derechos humanos de los privados de libertad.
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