¿Por qué solemos humanizar el peligro?

Personificar las amenazas parece hacer que el riesgo se sienta más cerca e incrementa el sentido de vulnerabilidad, lo quue nos motiva a tomar más precauciones ante situaciones peligrosas.

En la Europa azotada por la epidemia de la peste la respuesta fue un esqueleto encapuchado conocido como la Parca, que desde entonces es la personificación más habitual de la muerte.

Esta figura emergió en el siglo XIV durante la época de la peste negra, cuando varias olas de la enfermedad causada por la bacteria yersinia pestis barrieron el continente y mataron a la mitad de su población.

La forma exacta de esta macabra representación puede variar según el país. La Parca puede ser joven o vieja, mujer o hombre, estar vestida de blanco o negro.

Tras los avances científicos que trajo consigo la Ilustración, uno pensaría que evitaríamos personificar estos fenómenos naturales y otorgarles intenciones.

Sin embargo, una mirada rápida a la imaginería usada por la gente para describir al covid-19 sugiere lo contrario.

Muchos describían al virus como si tuviera la intención de destruir a la humanidad.

Muchos dibujantes representaban al patógeno con brazos, piernas y sonrisas malvadas.

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Nuestra actitud ante el clima extremo revela la misma tendencia. Le damos nombres a huracanes y tormentas igual que a nuestros hijos y describimos sus acciones con un lenguaje humanizado de ira y venganza.

También podemos verlo con nuestras reacciones de enojo a problemas tecnológicos.

Cada vez que maldecimos nuestras computadoras o celulares mostramos una urgencia automática de antropomorfizar objetos inanimados.

Según investigaciones científicas, nuestra inclinación a personificar es una reacción humana natural ante eventos impredecibles. Aunque en general es inofensiva, a veces puede hacernos subestimar los riesgos reales de la situación.

Todo depende de los personajes que creamos y las características que les damos.

¿Cómo funciona el hecho de personificar las amenazas?

¿Los participantes habrían creado estas historias, llenas de emociones e intenciones si las figuras hubieran actuado de forma más predecible?

No, según Hume. El filósofo argumentaba que humanizamos para entender cosas que de otra forma no tendrían sentido.

Los psicólogos describen esto como la “motivación de efecto” del antropomorfismo e investigadores como Adam Waytz, de la Universidad de Northwestern en Evanston, Illinois, encontraron buenas evidencias sobre esta idea.

Las investigaciones de Waytz se centran sobre todo en examinar nuestra tendencia a antropomorfizar la tecnología.

¿Qué significa antropomorfizar?

Esta sensación de control puede ser útil.

”Nuestro trabajo ha demostrado que las personas sienten una sensación de previsibilidad y comprensión sobre las cosas que antropomorfizan”, dice Waytz, “por lo que, independientemente de si realmente entienden esas cosas, les proporciona una sensación de alivio psicológico”.

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Las consecuencias a largo plazo dependerán del contexto.

El antropomorfismo puede exacerbar el comportamiento irracional. Por ejemplo, al momento de tomar en cuenta nuestras percepciones sobre la buena suerte y cómo pueden influenciar nuestra toma de decisiones financieras.

Cuando se trata de tu salud, en cambio, el antropomorfismo puede protegerte del riesgo.

Personificar una enfermedad parece hacer que el riesgo se sienta más cerca e incrementa el sentido de vulnerabilidad de las personas, motivándolos a tomar más precauciones, según experimentos de Lili Wang y sus colegas en la Universidad de Zhejiang en Hangzhou en China.

En los primeros meses de la pandemia de coronavirus, por ejemplo, ofrecieron a los participantes dos tipos de información sobre cómo protegerse de la infección.

La única diferencia entre los mensajes fue el nivel de antropomorfismo; referirse al patógeno como “coronavirus” o “señor Coronavirus”.

¿Por qué solemos humanizar el peligro?

Fuente: BBC News