29/04/2024
10:51 AM

México es un diamante en bruto para el gigante telefónico ATyT

  • 17 noviembre 2014 /

Se prevé que las ventas de AT&T aumenten 2,9% en 2014, una mejora frente al alza de 1% registrada el año pasado.

México.

AT&T hizo una llamada a México, y po­dría ser el comienzo de una comunicación de largo aliento.

Su prevista compra de Iusacell debería ayudarla a ahorrar en recargos por llama­das entre México y Estados Unidos y podría ser una fuente de crecimiento a medida que los clientes del operador celular mexicano cambian sus teléfonos por smartphones y planes con muchos datos. Pero el acuerdo de US$2.500 millones, incluyendo deuda, no impactará en los resultados del gigante estadounidense de telecomunicaciones, al menos no por el momento.

Iusacell podría ser apenas el primer paso de AT&T en el mercado celular mexicano, que podría continuar con una compra de mayor envergadura de negocios celulares de Amé­rica Móvil. El operador ligado a Carlos Slim está vendiendo activos, que podrían valer más de US$15.000 millones, para evitar mul­tas antimonopolio de los reguladores debido a su posición dominante en el mercado.

Para AT&T, que también será dueña de una parte del negocio de televisión por satélite en México una vez que se cierre su compra de DirecTV, una mayor expansión en México se­ría señal de los retos que enfrenta en EE.UU. y una apuesta al crecimiento de la economía mexicana. Junto con una mayor presencia en América Latina a través de DirecTV, también podría cambiar la percepción de los inversio­nistas de AT&T, que es en gran parte visto como un operador celular estadounidense.

Se prevé que las ventas de AT&T aumenten 2,9% en 2014, una mejora frente al alza de 1% registrada el año pasado. Pero no se anticipa que esas ventas adicionales sean muy renta­bles: los analistas proyectan que las ganancias de AT&T antes de intereses, impuestos, depre­ciación y amortización se mantendrán prácti­camente iguales este año.

Eso refleja una mayor competencia en el mercado inalámbrico estadounidense, insti­gada por T-Mobile US e intensificada por las tentadoras tarifas de Sprint.

Al mismo tiempo, los reguladores esta­dounidenses han sido firmes en su oposición a una consolidación a gran escala desde que rechazaron la oferta de AT&T por T-Mobile en 2011.

Con esa referencia, México luce más apete­cible. Ese mercado se encuentra en una etapa más temprana de la conversión de los teléfo­nos básicos a los smartphones y a los planes de datos más caros que vienen con este cambio. La participación de los teléfonos inteligentes es de 28,4% allí, frente a 51,4% en EE.UU., se­gún eMarketer.

La firma de investigación prevé que el nivel de México alcance 50,4% para 2018, mientras que se espera que EE.UU. trepe a 66,9%. Eso sugiere que hay margen para cre­cer. AT&T también podría combinar el ser­vicio celular con servicio de TV a través de la operación conjunta de DirecTV con Grupo Televisa.

Por supuesto, los inversionistas de AT&T tendrán que sentirse cómodos con la exposi­ción a las fluctuaciones de la economía, la mo­neda y el panorama competitivo de México.

También deben tener esperanza de que AT&T será capaz de expandirse en el país sin pagar de más. La empresa recortó sus proyecciones de gastos de capital de 2015 en US$3.000 millones, a US$18.000 millones, con lo que calmó las preocupaciones de que su dividendo parecía vulnerable. Pero pro­bablemente tendrá que emitir deuda para financiar las compras de espectro inalám­brico, que podrían costar entre US$10.000 millones y US$15.000 millones. Se prevé que complete estas compras en los próximos 12 a 18 meses como parte de licitaciones del gobierno.

La compra de los activos de América Mó­vil podría poner presión sobre la calificación de crédito de AT&T, dependiendo del flujo de caja que aporte. De todos modos, en la búsqueda del crecimiento por parte de la empresa, México tal vez siga siendo el ne­gocio más sabroso.