San Pedro Sula, Honduras.
Centroamérica, con sus 45.5 millones de habitantes, atraviesa uno de los momentos históricos más interesantes para afianzar su modernización, transformación y despegue económico.
La mayoría de su población está en edad de trabajar, respecto a la edad dependiente (niños y adultos mayores).
“El bono demográfico es producto de una menor dependencia de los jóvenes y adultos mayores, que representan una menor proporción”, explicó Pamela Jiménez, economista y demógrafa, investigadora del Programa Estado de la Nación durante una conferencia web de la Sieca.
La especialista destacó que el bono demográfico es una oportunidad potencial, porque depende de las políticas públicas que logren aprovechar que hay una mayor concentración de personas en edad de trabajar.
Por ejemplo, la relación de dependencia de Costa Rica y Panamá se ha ido reduciendo, pero para 2020 comenzará a aumentar, producto de un mayor peso de los adultos mayores en la población.
Para el resto de países como Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua la tendencia es de una continua reducción de la dependencia demográfica, de la que podría reducirse entre 2030 y 2045, dependiendo de los escenarios de cada una de las naciones.
Es decir que para esos años, en Honduras siete de cada 10 personas serán potencialmente productivas.
El bono demográfico ocurre ante una mejora en la calidad de vida y servicios públicos.
“El horizonte para cada país es distinto. Es necesario dar respuesta en algunos países en un corto plazo, pero, además, las acciones deben ser constantes”, planteó Jiménez.
El Programa Estado de la Región propone mayor inversión en educación, además de implementar mayores campañas de vacunación, educación sexual y mayor generación de oportunidades laborales.
“El bono demográfico en Honduras es una gran ventaja, porque hay otros países donde su población está envejeciendo. Tenemos todo el potencial, porque tenemos muchos espacios en donde desarrollar inversiones que generan rentabilidad y oportunidades que requiere nuestra gente”, manifestó Luis Larach, presidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep).
El empresario sostuvo que es preciso generar oportunidades que permitan a la juventud lograr el sueño hondureño y evitar así la inmigración, que provoca desintegración familiar.
Centroamérica, con sus 45.5 millones de habitantes, atraviesa uno de los momentos históricos más interesantes para afianzar su modernización, transformación y despegue económico.
La mayoría de su población está en edad de trabajar, respecto a la edad dependiente (niños y adultos mayores).
“El bono demográfico es producto de una menor dependencia de los jóvenes y adultos mayores, que representan una menor proporción”, explicó Pamela Jiménez, economista y demógrafa, investigadora del Programa Estado de la Nación durante una conferencia web de la Sieca.
| 2008
Período de Latinoamérica
Durante 1998 y 2008 el bono demográfico propició un aumento de los ingresos laborales por consumidor de aproximadamente 6%.
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Por ejemplo, la relación de dependencia de Costa Rica y Panamá se ha ido reduciendo, pero para 2020 comenzará a aumentar, producto de un mayor peso de los adultos mayores en la población.
Para el resto de países como Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua la tendencia es de una continua reducción de la dependencia demográfica, de la que podría reducirse entre 2030 y 2045, dependiendo de los escenarios de cada una de las naciones.
Es decir que para esos años, en Honduras siete de cada 10 personas serán potencialmente productivas.
| Bono demográfico
El bono demográfico se prolongará hasta 2035 para Belice, Honduras y Nicaragua, y hasta el 2050 para Guatemala. En cambio, para Costa Rica y Panamá, que se encuentran en una fase más avanzada, ese período culminará en el año 2020.
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“El horizonte para cada país es distinto. Es necesario dar respuesta en algunos países en un corto plazo, pero, además, las acciones deben ser constantes”, planteó Jiménez.
El Programa Estado de la Región propone mayor inversión en educación, además de implementar mayores campañas de vacunación, educación sexual y mayor generación de oportunidades laborales.
“El bono demográfico en Honduras es una gran ventaja, porque hay otros países donde su población está envejeciendo. Tenemos todo el potencial, porque tenemos muchos espacios en donde desarrollar inversiones que generan rentabilidad y oportunidades que requiere nuestra gente”, manifestó Luis Larach, presidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep).
El empresario sostuvo que es preciso generar oportunidades que permitan a la juventud lograr el sueño hondureño y evitar así la inmigración, que provoca desintegración familiar.
