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Dos rasgos que todos los emprendedores necesitan

  • 12 mayo 2016 /

El empresario Jim Dougherty comparte su experiencia en primera persona

Washington, Estados Unidos.

En mi experiencia, casi todos los emprendedores exitosos están dotados de concentración y tenacidad.

Aprendí la importancia de la concentración cuando fui director ejecutivo de una empresa emergente llamada Intralinks, que hace espacios de trabajo digitales para grandes transacciones financieras.

Cuando tomé el control de manos de sus fundadores, Intralinks tenía 3 millones de dólares en ing0resos anuales y perdía 18 millones de dólares al año. Había siete productos distintos y estaba al borde de quebrar. La falta de concentración era un motivo.

• Lo primero que hice fue identificar cuáles de los siete productos podíamos cancelar, y por qué tenía sentido estratégico hacerlo.

Decidimos archivar seis de ellos y enfocarnos en un producto que resolvía el problema más grande de nuestros clientes.

• Expliqué a nuestro equipo que es bastante difícil ser el mejor de la clase en una cosa, ya no digamos en siete.

El consejo directivo, integrado principalmente por capitalistas de riesgo que nunca habían manejado una compañía, estaba horrorizado.

Sentían que era una locura reducir los productos cuando la compañía necesitaba ingresos tan desesperadamente.

Sostuve que tomar decisiones y alcanzar la concentración era esencial. Finalmente, aceptaron.

• Después, Intralinks decidió presentar una oferta pública inicial. Para entonces, ya estábamos creciendo muy rápidamente, de 3 millones de dólares en ingresos en 1999 a 20 millones en el 2000.

Salimos a promocionarnos en agosto de 2000. Hicimos las aproximadamente 75 presentaciones estándares ante inversionistas.

Trabajamos con nuestros banqueros para fijar el precio por acción con el que empezaríamos a operar. Pero el mercado de valores se estaba desplomando con el estallido de las “punto com”.

Así que tuvimos que seguir siendo una empresa privada, al menos de momento.

• Posteriormente, un banco intervino y encabezó otra ronda de financiamiento privado para nosotros. Hicimos otras 50 presentaciones ante inversionistas, pero ese banco tuvo que retirarse debido a un conflicto.

Otro banco se ofreció, con otras 50 presentaciones, y entonces uno de los clientes del banco decidió a hacer una oferta para comprarnos, forzando la retirada de ese banco.

• Finalmente, encontramos una increíble firma de capital de riesgo llamada Rho Capital. Luego de ocho meses y más de 215 presentaciones, cerramos una ronda de 50 millones de dólares.

¿Fuimos unos locos al hacer 215 reuniones y escuchar “no” después de casi todas ellas? No, simplemente mostramos tenacidad, que es lo que se requiere para tener éxito como emprendedor.